Además de los informes que Plaza encargó a García Vicente y Ruiz de Temiño, una tercera pericial solicitada por la actual dirección de la empresa también es demoledora en las conclusiones que extrae tras analizar los trabajos realizados en el apartadero ferroviario y el movimiento de tierras de la zona de Reserva de Futuros Crecimientos (una reserva de suelo en previsión de que la plataforma se expandiese por el suroeste). Este informe, elaborado por el arquitecto Guillermo Montaner, detecta un buen número de irregularidades en los trabajos de ambos proyectos, cuya dirección de obra es encargada a Nicolaas Groeneveld, de Intecsa-Inarsa, imputado en el caso Saqueo que instruye el juzgado número 1 de Zaragoza.

El 26 de junio del 2008, el consejo de administración de Plaza, basándose en la urgencia de la ejecución de las obras del apartadero ferroviario, inició un procedimiento negociado sin publicidad para la adjudicación de estos trabajos, que recayó en la UTE Acciona Infraestructuras-MLN por un importe de 7,189 millones y un plazo de 8 meses. Finalmente, la obra se recepcionó el 21 de diciembre del 2010, 23 meses después, "sin que conste tramitación alguna de prórroga de contrato o incremento de plazo, y a pesar de que se inició el procedimiento negociado en atención a la urgencia en la ejecución de las obras. Además, hay un desvío de casi medio millón, un 6,75% más de lo presupuestado.

Según el perito, "la documentación de seguimiento y control de ejecución es netamente insuficiente", después de analizar los informes enviados por la supervisora. Asimismo, indica que "ninguna de las modificaciones de este proyecto sigue procedimiento de gestión ni de aprobación alguno, asumiéndose a hechos consumados por el consultor en la propuesta de precios nuevos y las certificaciones finales". En este sentido, añade que "solo a posterior se recogen las modificaciones en forma de aprobación de 27 precios contradictorios para poder atender a las demandas de cobro del contratista, y aún así sin el mínimo rigor exigible en su formalización, precios que conllevan una desviación de 1,163 millones".

Otra de las conclusiones que extrae Montaner respecto al control económico es que este "ofrece serias dudas especialmente en la fase final y en la propuesta de liquidación, tanto en la forma de introducir precios contradictorios, antes de que sean aprobados, como en los ajustes de medición que se producen en estas dos certificaciones". No solo se producen estas irregularidades, sino que también es anómala la recepción de la obra al no haberse entregado este mismo año 2014 "la documentación final de obra exigida, ni existe por parte del consultor voluntad de entregarla". A juicio del peritaje, la falta de rigor y justificación "impiden asumir la propuesta de liquidación realizada sin, al menos, una justificación completa y veraz de las mediciones".

También halla numerosas anomalías en el movimiento de tierras en la zona de reserva de Futuros Crecimientos de la plataforma, unos trabajos que costaron casi un 10% más sobre su precio inicial. El director de este proyecto, también Nicolaas Groeneveld, "no emitió el informe de revisión del proyecto", que además "tenía algunas carencias en cuanto a su adecuación a la realidad del terreno", según indica el documento.

Respecto al seguimiento de los trabajos, la situación "es similar a las obras anteriores en cuanto a la falta de documentación sistemática de órdenes de obra e incidencias". Constata además precios que no se proponen en ningún acta o que están fuera de presupuesto, lo que provocan desviaciones injustificadas, --hasta 28 precios contradictorios-- y el informe pericial tampoco encuentra razonable que se sobrepasara el plazo de la recepción, al ser "un volumen de obra bajo". Montaner también advierte de que "no se ha realizado una recepción de la obra". Ello complica "la definición de responsabilidades y garantías", apunta el informe pericial.