La red aragonesa de entidades sociales que trabajan por la inclusión criticó ayer durante el Día Internacional por la erradicación de la pobreza la descoordinación de las administraciones y reclamó una actuación integral que aborde con decisión el drama de muchas familias con propuestas como la implantación de una renta básica, después de que solo en un año, su tejido asistencial haya pasado de atender a 165.000 personas en el 2012 a 206.000 en el 2013.

Según datos del Instituto Nacional de Empleo (INE) de 2012, Aragón era la sexta región con la tasa de riesgo de pobreza relativa más baja del país (16,1%), pero en poco tiempo ha ido perdiendo posiciones. Otro indicador que alerta sobre el empeoramiento de la situación es el coeficiente de Gini, que mide el nivel de desigualdad. En 2012, la comunidad aragonesa alcanzó el valor de 0,35, el límite máximo que marcan los países desarrollados.

Frente a esos indicadores, el presidente y miembro de la asociación La Caridad, Daniel Gimeno, junto a Francisco Yagüe (de Cáritas) y Marisa Esteve, miembro de la red, presentaron ayer como conclusiones de la segunda edición de las jornadas El Aragón que queremos, la necesidad de impulsar nuevos planes de desarrollo comunitario, de explorar nuevos yacimientos de empleo, la coordinación real en la intervención con menores, garantizar el derecho de acceso a la vivienda y apostar por una intervención en clave de desarrollo para evitar la intervención solo desde la carencia.

Yagüe abogó por impulsar políticas preventivas e integrales en materia de infancia y juventud para que sean realmente efectivas. "Hay que garantizar una coordinación real e interdepartamental de todas las administraciones públicas. Y de estas con las entidades sociales". Para evitar los casos de descoordinación recientes, Yagüe alertó sobre los problemas de "fragmentación de las ayudas de comedor y las subvenciones para gastos de alimentación. Deben centrarse en medidas integrales", insistió.

Otros campos que preocupan a la red son la salud mental, en la que "los recursos son escasos y no se está acertando en las necesidades", y la imprescindible coordinación y cooperación entre agentes profesionales y voluntarios desde la perspectiva del desarrollo comunitario. "A veces las entidades nos encontramos trabajando en muchos escenarios comunes pero luego no compartimos estas experiencias y perdemos oportunidades", advirtió.