La historia del Museo Goya --antes Museo Ibercaja Camón Aznar-- es la de un sueño cumplido. El próximo jueves abrirá sus puertas en Zaragoza con 508 obras, de las que 39 son nuevas, de la Colección Ibercaja (28) y de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País (11), entre las que destacan un dibujo del de Fuendetodos y piezas de los hermanos Bayeu, Luzán, Barbasán, Pradilla, etc.

En total, en el nuevo museo pueden verse 15 pinturas de Goya, más las colecciones de grabados, acompañadas por piezas anteriores, de coetáneos y posteriores que ofrecen suna lectura histórica de su aportación a la historia del arte. El centro abrirá con el refuerzo de los recursos tecnológicos y didácticos: se ha incorporado un audiovisual --uno para adultos y otro infantil--, que introduce al espectador en "esa forma de mirar tan característica de la obra de Goya"; un servicio de audioguías y tabletas con información complementaria en castellano, inglés y francés; además de un total de 65 obras (las esenciales) comentadas con detalle. Para la inauguración, se contará además con una nueva exposición, la de Goya y Zaragoza (1746-1775. Sus raíces aragonesas.

Es un sueño sobre todo para Zaragoza que, desde hace mucho tiempo "quería darle a Goya su sitio", reconoció Teresa Fernández, directora de la Obra Social de Ibercaja, que presentó el nuevo centro de arte junto a su directora Rosario Añaños; y el asesor científico del discurso expositivo, Arturo Anson, quien hizo hincapié en que se ha intentado una "alta divulgación".

Un sueño también para la entidad, que ya en 2008 llevó desde el Patio de la Infanta al Camón Aznar toda su colección de pintura, que se sumó a las series de grabados que ha estado expuesta de forma permanente, por lo que "ha puesto el foco en el pintor de Fuendetodos para reordenar el discurso museístico en base a él: antecedentes, Goya y su legado".

Ibercaja, dijo la responsable de la Obra Social, ha asumido "la responsabilidad de hacer la puerta de entrada a la figura de Goya en Aragón", y tras "muchas dificultades históricas" (como puede ser el fallido Espacio Goya) este "Museo Goya en Zaragoza" es posible porque "estamos en maravilloso diálogo con el Gobierno en Aragón, con la Fundación Goya en Aragón, con Fuendetodos y con todos los que tienen algo que ver con Goya".

Con esta reapertura se cumple con "una obligación" que Aragón y Zaragoza con el genio de Fuendetodos; proporcionará "relumbre mundial" porque será "punto de referencia e invitará a seguir conociendo a Goya", por lo que puede convertirse en un "primer paso para una Ruta Goya en Aragón".

PASEO "LÓGICO"

El museo ha trabajado durante casi dos años para el reordenamiento de los fondos para establecer una relación "lógica" entre las tres plantas, para así destacar "la obra de Goya" y "contextualizarla", según resaltó Rosario Añaños. Con esto se intenta "mejorar el discurso museístico" y hacer "más comprensible las obras expuestas". También se suman al discurso los restos arqueológicos encontrados cuando se hizo la rehabilitación del edificio en 1978-1979; y, por supuesto, se sigue exponiendo lo que fue el germen del museo, la colección de Camón Aznar, y que pueden verse en la tercera planta, junto con pinturas y esculturas que otros artistas les dedicaron.

Arturo Anson también "había soñado con reordenar este museo" y en hacer "que todo el mundo entendiera lo que se expone pero también "lo que es cada uno de los espacios".

La primera planta está dedicada a los antecedentes de Goya, con 68 obras (8 nuevas), que va del tardo gótico al primer renacimiento. Ahí están representados autores como Blasco de Grañén, pedro Berruguete, Formen, piezas de arte flamenco, del manierismo andaluz, pero también de la época barroca (Jusepe Leonardo), Alvaro Cano, Llanos Valdés, pero también paisajes, mitologías, bodegones, naturalezas muertas y retratos, para acabar con una Inmaculada de Vicente Berdusán, que acaba de comprarse y que llegó ayer al museo, todos ellos referentes del pintor en su juventud.

Goya es protagonista de la segunda planta, con 38 obras (11 nuevas), con obras como el Autorretrato, Hombre de espaldas con la cabeza de perfil, los retratos de Cistué, la reina María Luisa, Félix de Azara, piezas como el Baile de máscaras, el boceto de Carga de los mamelucos y de La Gloria, y una copia de Cristo crucificado, obra de su discípulo de Felipe Abás. También hay dos salas dedicadas a Francisco y Ramón Bayeu y a dos de sus pintores coetáneos, Giaquinto y Mengs. En esta planta está también toda la obra gráfica de Goya, todas sus series de los Caprichos, Los Desastres de la guerra, La Tauromaquia y Los disparates.

De la oscuridad se pasa a la "luminosidad", según Ansón, de la tercera planta, dedicada al Legado de Goya, con 153 obras (20 nuevas). Comienza con los Eugenio Lucas (padre e hijo) y acaba con la pintura abstracta en España y los tres maestros aragoneses del siglo XX, Gargallo (dos nuevas, El joven de la margarita y La labradora), García Condoy y Serrano; pero también están representados, Lagunas, Aguayo, Saura, Viola, Victoria, Fortuny, Rosales, Unceta, Masriera, Martínez Abades..., que comparten protagonismo con el legado de Camón Aznar.