Después de una intensa semana llena de actos, la plaza de la Misericordia de Zaragoza cerró sus puertas con un lleno absoluto para despedir las Fiestas del Pilar con una última suelta de vaquillas. Con las gradas hasta los topes, las vaquillas de la ganadería valenciana Hermanos Benavent tuvieron el protagonismo merecido durante la mañana del domingo.

Entre cánticos y música de las charangas, bocadillos y botas de vino, y algún que otro revolcón en la arena, las vaquillas iban saliendo al ruedo desde las 8.00 para ofrecer las mejores carreras a los mozos que se atrevían a saltar al ruedo. Entre los recortes y las cogidas, varias vaquillas consiguieron saltar al callejón, provocando algún que otro susto. Fueron en total nueve reses que, tras salir una detrás de otra durante toda la mañana, volvieron a aparecer juntas al final para despedir la mañana taurina dando vueltas al recorrido.

"Llevo toda la vida viniendo a ver la suelta de vaquillas por la mañana, si no venimos parece que falta algo", apuntaba uno de los peñistas de El Rebullo. Otro de los asistentes, Guillermo, comentó que prefería más los toros programados para las tardes de fiestas, "pero venir aquí alguna mañana también está bien y es divertido, de vez en cuando intento salir y torear un poco".

"Las vaquillas tienen un encanto especial. Además fomentan el buen rollo. Vengo todos los años con un grupo de amigos, sobre todo el domingo", explicó Sara, una vecina de Épila que estaba disfrutando de la suelta de vaquillas. "Las vaquillas son esenciales en las Fiestas del Pilar porque unen a todos los peñistas y zaragozanos", opinó un miembro de la peña El Rolladero.

La Cruz Roja atendió la mañana del domingo durante la suelta de vaquillas a un total de once personas, todas ellas por traumatismos. Dos de ellas resultaron graves, por lo que tuvieron que ser trasladadas a un centro hospitalario.