La asociación Custodia en Positivo lleva desde antes de que se aprobase la norma señalando sus errores, y considera que el tiempo no le ha quitado la razón. Dos de sus componentes en Aragón, que prefieren no aparecer con nombre, coinciden en señalar, además de la carencia de medios para analizar la situación de los menores, que el principal fallo de la ley es que nace alejada de la realidad.

"La custodia compartida es lo mejor, y ya la había antes de la ley, pero en casos de mutuo acuerdo. El problema es que el supuesto del que parte la ley es muchas veces incompatible con un divorcio. Si te llevas tan bien como para tener que estar continuamente viéndote no te separas", exponen.

Ambas son conscientes de que su postura es impopular, y que a menudo las despachan con un "estas lo que buscan es la pensión". "Y eso está ya muy anticuado, el perfil mayoritario de la mujer que se divorcia actualmente es el de una profesional, formada y con recursos económicos", exponen.

Lo que detectan, al menos entre las integrantes de la asociación, es que la custodia compartida acaba pervirtiéndose en muchos casos para convertirse en un arma de venganza personal o económica.

En la primera vertiente, aseguran, uno de los cónyuges amenaza al que realmente quiere cuidar de los hijos con pedirla si comienza a exigir algo de su parte.

En la segunda, exponen, se acuerda judicialmente una compartida, lo que libera de responsabilidad económica al que no desea la custodia, que queda enteramente en manos del segundo. Pero igualmente con la amenaza de que, si se protesta, la justicia acabará dando la razón al que está cuidando a los hijos.

"Hablan de presentar un plan de relaciones parentales, de mutuo acuerdo y con mediación, pero es que esas situaciones no son las que se dan en la realidad", argumentan. "Pero en cuanto intentamos explicarlo en seguida sale a relucir el famoso SAP". Se trata del Síndrome de Alienación Parental, o vulgarmente, el que un cónyuge malmeta al hijo contra el otro y este acabe por no querer estar con él.

Tampoco parecen estar muy de acuerdo con la premisa legal de que la situación previa al divorcio no afecte en la custodia posterior. O dicho de otro modo, creen que no beneficia en nada al menor el trastocar la vida a la que está acostumbrado.

Y todo esto sin entrar en casos puntuales en los que, afirman, se mantiene la custodia compartida hasta en situaciones de maltrato, o incluso abusos.

Actualmente la asociación está en un impasse al haberse caído el proyecto de ley estatal, pero quieren volver a iniciar los contactos con políticos para cambiar o derogar la norma.