Hacía muchos años que no se hablaba de la sociedad pública Plaza con tanta transparencia como en los últimos meses. Sus cuentas, sus deudas, su gestión y hasta sus oportunidades de negocio. Y será por el interés de la iniciativa privada o por la dramática situación de la que viene en origen, lo cierto es que colocar 300.000 metros cuadrados de suelo en el mercado y poder obtener 24 millones de euros con tres ventas, bien vale una llamada a la esperanza. Un resurgir del abismo de la quiebra, a la que estuvo abocada hasta en dos ocasiones el año pasado. Así lo pone de manifiesto la auditoría del último ejercicio realizada por PriceWaterhouseCoopers, contundente sobre los motivos que eran causa de disolución.
Una situación extrema enmarcada en la crisis inmobiliaria y en una gestión que va más allá de los cuatro años del Ejecutivo dirigido por Luisa Fernanda Rudi que, al margen de los vaivenes judiciales, finalizó con escasos avances. Siguen sus deudas tributarias por valor de 4,15 millones de euros; acuerdos que nunca se llegaron a materializar, múltiples litigios abiertos incluso por expropiaciones de suelo que hoy sigue sin venderse; una deuda global que asciende a 139,9 millones de euros con bancos y acreedores; y un valor real de su patrimonio que en los últimos años se ha devaluado ya en 50,25 millones.
CUATRO VENTAS Un 2015 que se concluyó, además, con solo cuatro operaciones de compraventa por valor de 20,44 millones de euros pero que se tradujeron en ingresos "próximos a cero". Entre otras cosas porque 15 de ellos proceden de uno de los socios accionistas, Ibercaja, que se cobró en suelo el dinero que la sociedad no le podía abonar.
Por estas y otras cuestiones se explica que el pasado ejercicio se cerrara con 15,05 millones de euros de pérdidas, señala la auditoría provisional. Y que, desgraciadamente para Plaza, este dato incluso suponga un alivio si se atiende a años anteriores. Solo en el 2014, este mismo dato era de cinco millones más, hasta los 20,82 en negativo.
Pero su balance financiero también es fruto de la parálisis de los últimos años en el mercado inmobiliario. De hecho, quizá los datos hubieran sido otros si en el apartado de los ingresos por la venta de suelo hubieran aparecido los millones de este año pasado y no los 571.025 euros que obtuvieron en el 2014. Eso desequilibra cualquier balance. Aunque sea un resultado ficticio acerca de la reactivación económica y del interés en el mercado que suscita Plaza.
Los resultados del 2015 explican claramente el objetivo de dos movimientos clave por parte del Gobierno de Aragón el año pasado. Uno en abril, por parte del Ejecutivo de Rudi, y aprobado por todo el consejo de administración, que llevaba a reducir en 47 millones de euros el capital social de Plaza y a compensar pérdidas con la reserva legal existente de 2,2 millones de euros, a la vez que la Corporación de Empresas Públicas de Aragón (CEPA) suscribía un crédito participativo de 17,2 millones que reequilibraba patrimonialmente a la sociedad antes de su disolución forzosa como marca la ley.
La segunda maniobra de salvación se produjo ya en octubre, cuando la Corporación Empresarial absorbió 66,3 millones de euros de deuda bancaria que suponía la cancelación para, se dijo, refinanciar los créditos de todas las sociedades a un interés más asumible y a más años, mediando en una nueva situación de riesgo de disolución. El Gobierno de Aragón había decidido acogerse al Fondo de Facilidad Financiera (FFF) estatal, que permitió abonar 17,5 millones de euros a los bancos en tres pagos en abril, julio y octubre, pero este era insuficiente para que la deuda pendiente con acreedores y bancos no fuera más del doble que el valor patrimonial de unos suelos que está en negativo (65,3 millones). Eso es lo que le situaba al borde de la quiebra.
FUTURO En ese contexto hay que enmarcar los 300.000 metros cuadrados de suelo que aspiran a vender, los 200.000 que ya tienen atados con un inversor español y los 98.157 que pretende otra empresa de la que se dan pocos datos todavía. Para no frustrar operaciones que son vitales para el futuro a corto plazo de la sociedad. Para cumplir con una reactivación de un plan comercial en el que, a un precio medio de 77 euros por cada metro cuadrado, aunque se colocaran las más de 100 hectáreas que le quedan en propiedad (un 9% sobre el total de superficie) le dejarían un saldo negativo de 34 millones a abonar por los socios para dejar la deuda a cero.
Solo en el último ejercicio, con el dinero procedente de la corporación (66,9 millones), los 17,5 procedentes del fondo estatal y los 17,2 del préstamo participativo ofrecido por Ibercaja, se lograron cancelar 106 millones de deuda global, 5,9 de intereses y otros 2,5 que pudo cobrar uno de los acreedores de la sociedad. Pero quedan otras deudas por saldar, por ejemplo las tributarias por el impuesto de plusvalía o en concepto del IVA, hasta un total de 4,15 millones de euros.
Además, al margen de las causas judiciales ya conocidas, la auditoría también expone una reclamación extrajudicial que le podría acabar costando 8,1 millones de euros este año. Un contrato de copromoción de naves de alquiler venció en junio del 2014 --se firmó en el 2004-- y la empresa firmante del mismo le reclamó entonces 10,8 millones a Plaza, que consideró que no era exigible. En junio del 2015, se alcanzó un acuerdo entre las partes por el que la sociedad aceptó abonarle 2,5 millones y un pago a cuenta del 50% de las rentas netas de los alquileres. Y se comprometió a desembolsar otros 3 millones más antes del próximo 30 de marzo y liquidar el contrato entre este año y el próximo. Es el plazo que ambos pactaron antes de ir al juzgado.
OBJETIVOS Pero renacer exige un nuevo rumbo de Plaza, que persigue hoy dos objetivos principales: poner en valor la plataforma logística, superando el daño causado por la corrupción y la crisis, y tratar de maquillar su importante deuda. Nadie duda del valor intangible y estratégico de uno de los mejores complejos logísticos de Europa, pero se ve como una misión imposible enjugar tanto pasivo.
Desde la CEPA argumentan: ¿cuántas inmobiliarias han salido a flote durante estos años? La depreciación de los suelos, la caída de la actividad comercial y la mala imagen por los procesos judiciales han sido letales para un proyecto que nació con una oferta de suelo de 13,5 millones de metros cuadrados. De momento, el plan comercial en el que se trabaja no estará terminado, al menos, hasta finales del mes de marzo.
Para ello se ha realizado una tasación de los suelos para su venta y, aunque algunas parcelas pueden sufrir ajustes a la baja, otras estarán por encima del valor de tasación por ubicación y características, reconocen desde la CEPA. A día de hoy, más de 40 parcelas, de entre 5.000 y 75.000 metros cuadrados, están listas para su comercialización.
Los socios de Plaza --DGA, Ayuntamiento de Zaragoza e Ibercaja-- confían en revalorizar esos suelos, fruto de la recuperación de la economía, para hacer frente a la deuda. Y el 2016 ha comenzado con optimismo, con dos ventas por 20 hectáreas y 10 más reservadas para una tercera. Y, pese a este impulso, otra opción de reflotar las cuentas sería apostar por una posible ampliación de Plaza que ofrezca más suelo que comercializar en un mercado con un interés creciente. Pero la DGA hoy lo descarta porque "hay suficiente espacio y dependerá del volumen de suelo que se demanda".