La evolución que ha tenido La Harinera en cuanto a ideas de reutilización se ha topado, casi siempre, con la escasez de dinero o con otras prioridades, como la Expo 2008. Desde que CHA consiguió en el 2004, siendo Antonio Gaspar responsable de Urbanismo, la compra del edificio a Viviendas Eriste, en un convenido valorado en 6,5 millones de euros que incluía las obras de rehabilitación que se hicieron por 2,4. Entonces los vecinos pedían un equipamiento para la creación cultural en el barrio. Chunta apostó por convertirlo en un espacio juvenil con locales de ensayo e instalaciones en un referente de ciudad que acabó llevándose finalmente a Oliver, con El Túnel. En el 2009, el alcalde, Juan Alberto Belloch, propuso transformarla en un Museo de la Ciencia, con enorme contestación vecinal. El PAR, luego, pedía que albergara usos para la tercera edad. Y la candidatura a la Capitalidad Europea de la Cultura pensó en convertirla en un macroespacio dedicado al mundo del videojuego. Una aspiración, curiosamente, pensada para este 2016.