Una de las medidas del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) mejor recibidas por los ciudadanos fue la de abrir las puertas de la casa consistorial al público. Una decisión tomada a finales del pasado verano y que ha conseguido atraer a miles de visitantes, residentes en la ciudad y foráneos que estaban haciendo turismo en la capital aragonesa. Los 'tesoros' que esconde el edificio de la plaza del Pilar son hoy un poco más conocidos por los vecinos y se interpretó como un intento por hacer de la casa consistorial un edificio de paredes de cristal. La iniciativa, puesta en marcha antes por otras ciudades en España, supuso un revulsivo en sus inicios pero ha ido perdiendo fuerza progresivamente con el paso del tiempo. Políticamente se interpretó como una más de las decisiones orientadas a gestos que disimulan la gestión diaria.