La noche electoral fue buena en la provincia de Huesca para los partidos tradicionales. Tanto el PP como el PSOE vieron cómo aumentaba su porcentaje de votos, en el caso de los populares casi un 4%, y en el de los socialistas, un 1%. Eso significa que, pese a las fuerzas emergentes, en el Alto Aragón los representantes del bipartidismo aguantan bien, aunque el partido de Pedro Sánchez pierde algo más de 300 votos con respecto a las elecciones de diciembre del 2015.

Ciudadanos, por su parte, hace un papel relativamente honroso, con un 15,41% de las papeletas, si bien se deja en torno a 2.000 votos que, casi seguro, han ido a engrosar el resultado de los conservadores.

Un examen más pormenorizado merece Unidos Podemos, que crece, pero tan poco que su marca resulta a la fuerza frustrante para una formación que aspiraba a rebasar al PSOE por la izquierda gracias a la alianza entre Podemos e Izquierda Unida. Que haya obtenido un 19,15% de los votos, un 1% más que el 20-D, dista de ser una consolación.

Esta magra ganancia plantea la cuestión de averiguar a dónde han ido a parar los 6.433 votos que obtuvo hace seis meses la alianza electoral de IU, Chunta y UPeC. Es como si en IU y Podemos no hubieran sabido dar las directrices correctas a sus seguidores o que un número considerable de estos hubiera decidido refugiarse en la abstención.

Pero Huesca pasará a los anales democráticos, en estas elecciones, sobre todo, por no haberse visto afectada por el aumento de la abstención, que ha sido la nota característica en el conjunto de España. En efecto, con 117.306 votos emitidos, el 70,39% del total, puede decirse que el índice de participación fue prácticamente idéntico al del 20-D, cuando el porcentaje fue solo ligeramente superior, con un 70,83%.

En resumidas cuentas, un panorama que, también en el reparto de escaños, es una fotocopia del que salió hace seis meses: uno del PP-PAR (Ana Alós), uno del PSOE (Gonzalo Palacín) y uno, igualmente, de Unidos Podemos (Jorge Luis Bail).

En esto, la provincia oscense sigue lo que anunciaban las encuestas, es decir, un resultado sin apenas variaciones respecto del de la penúltima cita electoral.

Otro tanto puede decirse en lo que respecta al Senado, donde también vuelve a repetirse el resultado de los últimos comicios. Vuelven a ser tres los senadores de la coalición PP-PAR y uno del PSOE los que representarán al Alto Aragón en la Cámara Alta. Serán Antonio Ignacio Romero, María Belén Ibarz (PAR) y Antonio Villacampa, junto a la socialista Begoña Nasarre.

De hecho los cuatro senadores oscenses llegarán con un mayor apoyo en sufragios que hace seis meses, con diferencias notables. Por ejemplo, Romero llega con 41.946 votos --al cierre de esta edición, con cerca del 100% escrutado--, frente a los 38.397 de diciembre. También la socialista Nasarre aumentó de 29.856 sufragios el pasado 20-D a los 31.277 de los comicios de ayer.

La abstención para la cámara alta creció algo más que la del Congreso --un 1,3%-- y la participación quedó en un 69,5%.