El reconocimiento en el currículum educativo del aragonés y el catalán como lenguas propias de la comunidad está dando sus frutos y ya son más de 5.200 los escolares que estudian una de las dos lenguas en las aulas públicas aragonesas. La mayor parte de ellos se da en la provincia de Huesca, que es también donde hay más hablantes de ambas lenguas.

La tendencia es especialmente positiva en el caso del aragonés, una lengua especialmente amenazada y cercana a su desaparición que, en cambio, ha visto cómo se incrementaba en un año el número de alumnos que la estudian hasta en un 30%. De los 625 del curso pasado, a los 808 actuales. La gran mayoría, 798, en Primaria. El resto, en Secundaria, son solo 10. Eso es porque hasta ahora no está incluido en los planes de Secundaria, si bien podría formar parte de ellos en próximos cursos. Eso fomentaría su estudio de la misma manera que ha tenido una gran acogida en los ciclos de Primaria. Trece docentes son los responsables de dar esta materia en los quince centros que la imparten. Todos ellos en las zonas de uso predominante, que coinciden con el área prepirenaica y pirenaica de Aragón.

Consolidado el catalán

Si bien hace más de 30 años que se imparte en algún centro el catalán, este está perfectamente integrado en el currículum educativo de los alumnos que desean estudiarlo, y este curso son 4.471 en régimen general y especial. Una cifra muy similar a la de años anteriores, ya que el catalán es una lengua materna consolidada y su área de influencia va más allá de las poblaciones donde se habla en un alto porcentaje. De hecho, y a falta de la actualización de censos a partir de estudios recién elaborados, son más de 120.00 los aragoneses que hablan o conocen el catalán.

En Primaria, son 2.237 los escolares que lo estudian, frente a los 918 de Infantil, los 1.057 de la ESO, 145 en Bachillerato y 114 en la Escuela Oficial de Idiomas. En Bachillerato, aprobar el catalán da reconocimiento para obtener el título B2 de esta lengua, lo que supone un plus para muchos estudiantes, que forman parte de la primera generación de aragoneses que dejarán de ser analfabetos en su lengua materna.

En total, hay 45 docentes que enseñan este idioma en alguno de los 34 centros que se oferta. En Aragón, 12 de las 32 comarcas tienen una lengua propia, aragonés o catalán, además del castellano.

Además del auge de la docencia en la educación pública, destaca un aumento del aprendizaje de estas lenguas --también en este caso el porcentaje es mayor en el caso del aragonés-- en academias privadas que forman a adultos interesados en estas lenguas. Este fenómeno se da especialmente en la ciudad de Zaragoza, donde ya reside casi la mitad de los hablantes del aragonés, aunque en este caso se trate de neohablantes que no la tenían por maternas.

El fomento público de las lenguas despierta un creciente interés popular por las mismas. Se ha podido apreciar tras la recuperación con dote económica de los programas educativos con actividades en aragonés y catalán para promoverlos en las aulas. Se trata de los programas Luzía Dueso en aragonés y Jesús Moncada en catalán, ambos con una dotación de 7.000 euros. Escasa, pero suficiente para dignificar dos lenguas que fueron despreciadas en la anterior legislatura. Con estos planes, distintos centros educativos de las tres provincias presentaron sus proyectos para impulsar las lenguas. Se aceptaron 60. La escasez presupuestaria hizo que no se pudiera atender el sorprendente volumen de peticiones, quedándose fuera de la convocatoria, resuelta el pasado 17 de enero, cerca de un centenar.