Las reacciones a la desobediencia judicial de la Generalitat fueron dispares en Cataluña. El delegado accidental del Gobierno en Cataluña, Juan Manuel Sánchez-Bustamante, calificó la situación como «preocupante» al considerar que solo dan una «mala imagen» que resulta «contraproducente».

La diputada de Ciudadanos (Cs) en el parlamento catalán, Sonia Sierra, afirmó que su partido «respeta las decisiones judiciales» y que por lo tanteo no quiere que haya políticos «que estén por encima de las leyes».

Una posición, sin embargo, no compartida por la portavoz del PSC, Alicia Romero, quien expresó su apoyo a las decisiones de la Generalitat en torno a las piezas, cuya ubicación, según resaltó, «debe de ser Cataluña».

Por su parte, el consejero de Presidencia de la Generalitat, Jordi Turull, insistió ayer en que «no se dan las condiciones, ni jurídicas ni técnicas» para que se produzca la entrega de los bienes del monasterio de Sijena.

Tras la expectación mediática levantada el lunes en el Museo de Lérida la jornada de ayer fue mucho más tranquila. Únicamente la presencia rutinaria de dos Mossos d’Escuadra dentro de las salas sobresaltó a algunos visitantes al ser confundidos con parte del dispositivo que debería encargarse de la incautación de las 44 piezas retenidas en los sótanos del recinto.

TRANQUILIDAD EN EL MUSEO

El museo diocesano ilerdense se ha visto beneficiado por la polémica con un notable aumento de visitantes en los últimos meses, aunque sus responsables no lo achacan directamente a la polémica judicial.

Según datos proporcionados por la propia institución ya se han contabilizado 16.000 personas antes del verano, algo que augura superar la cifra de 32.000 visitantes con los que cerraron el pasado 2016. La lectura oficial del auge tiene que ver con el éxito de los programas educativos.

El museo no precisa si entre los visitantes se ha producido un aumento de turistas aragoneses. En el recinto se pueden ver tres sarcófagos de gran valor artístico y cuatro tallas de alabastro pertenecientes al tesoro del monasterio de Sijena, actualmente reclamados por una sentencia judicial.