Ante la amenaza de que la refriega partidista diluyese la unidad en la manifestación del sábado en Barcelona, el ayuntamiento se ha apresurado a dejar claro que las autoridades no acapararán la cabecera de la marcha, sino que esta la liderarán representantes de las fuerzas de seguridad, servicios de emergencia y colectivos sociales. Es decir, que si el Rey decide tomar parte en el acto, quedará relegado, junto con el resto de representantes institucionales y políticos, a una «segunda o tercera fila». Un gesto con el que el consistorio y la Generalitat, que coorganizan la manifestación, quieren evitar que la posible presencia de Felipe VI o del presidente Mariano Rajoy dé pie a protestas que ensombrezcan el éxito de la convocatoria.

Según fuentes de ambas administraciones citadas por Europa Press, la idea de que sean «los ciudadanos», y no los políticos, los que encabecen la manifestación se planteó «desde el primer momento», antes de que la CUP amagase con borrarse de la convocatoria si el Rey y Rajoy presidían el acto. Gobierno catalán y ayuntamiento consideran que el protagonismo debe recaer sobre policías, servicios médicos, taxistas, comerciantes y todos aquellos colectivos que de un modo u otro ayudaron a las víctimas del atentado de la Rambla, si bien los detalles del acto no se han cerrado.

Aunque es cierto que los cupaires no han cosechado apoyo alguno a su idea de borrarse del acto si el Monarca acude el sábado, las críticas a una hipotética presencia de Felipe VI -que la Casa del Rey ni confirma ni desmiente aún- se extendieron a uno de los socios del Govern de Junts pel Sí. El diputado de ERC Gabriel Rufián reclamó que el acto lo encabecen «héroes por su cometido y no reyes por su apellido».

También el líder de Podem, Albano Dante Fachin, se alineó en cierta forma con la CUP al decir que, «teniendo en cuenta lo que se sabe de las relaciones entre yihadismo y Arabia Saudí, el Rey debería dar explicaciones antes de ir a más manifestaciones». Pero ni Rufián ni Fachin quisieron alentar la idea de los anticapitalistas de no secundar la marcha antiterrorista. Sí fue explícito el dirigente de Podemos Ramón Espinar, quien se sumó a las recriminaciones cuperas a los supuestos lazos entre el Rey y los «gobiernos que amparan el terrorismo yihadista», pero defendió que el jefe del Estado no puede dejar de «implicarse» en la marcha.

LAMBÁN

Sería la primera vez en democracia que un Monarca secundase una manifestación, pues el propio Felipe asistió a la marcha de repulsa tras el 11-M siendo Príncipe de Asturias. Algunos presidentes autonómicos sí han confirmado ya su presencia, caso del aragonés Javier Lambán. El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, también acudirá. La presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, en cambio, no tiene previsto ir porque no ha sido «invitada».