El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, afirmó ayer en Zaidín -a pocos kilómetros de la frontera- que la declaración de independencia de Cataluña ha sido «un quebranto» del Estado de derecho, la democracia y la Constitución como «nunca se había producido» desde 1978.

No obstante, insistió en que Aragón «ama tanto a Cataluña» que va a hacer «todo lo posible» para que lo antes posible se normalice la situación.

El dirigente socialista reconoció que Aragón siente esta situación por ser una comunidad autónoma vecina pero que «en mayor medida» lo sienten municipios colindantes al tener «la economía interconectada», así como matrimonios con miembros de ambas comunidades e incluso compartiendo idioma. «Se siente de manera cercana lo bueno y lo malo que sucede en Cataluña», indicó.

Muy crítico se mostró con la aprobación de independencia que se realizó en el parlamento catalán y por ello aseguró que los que perpetraron «un hachazo a la legalidad merecen todo el rechazo». Por ahora confía en las decisiones tomadas en el Senado. «Los independentistas han provocado daños irreversibles que vamos a tratar de aminorarlos, vamos a apoyar todas las soluciones para restablecer la normalidad», detalló.

nexos históricos // En el ámbito de lo concreto indicó que los diferentes convenios que mantiene el Gobierno de Aragón con el de Cataluña son «fundamentales para el desenvolvimiento de los servicios» y que no corren peligro tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

En todo caso, Lambán indicó que tras las elecciones previstas para diciembre el camino por recorrer será largo. «España va a tener que encontrar una salida al problema catalán a través de una reforma de la Constitución que incluya la creación de una cámara de representación territorial», reclamó.

Por su parte, el director general de Cultura y Patrimonio de la DGA, Nacho Escuín, destacó durante un acto en Navarra el papel de la vecindad entre comunidades autónomas y la importancia «de comprender los vínculos históricos» que tiene Aragón con las autonomías vecinas «para poder construir un futuro común».