El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quiso dar un golpe de efecto ayer en Zaragoza y afrontó uno de los aspectos que más debate genera en Aragón, como es el problema de la despoblación. Cuando aún está caliente la alianza formulada por los gobiernos de Aragón, Galicia, Castilla y León y Asturias, eligió esta comunidad, gobernada por el PSOE, para anunciar que el envejecimiento y la falta de habitantes tendrá peso en el modelo de finanaición autonómica que debe aprobarse próximamente.

«¿Cómo no voy a estar de acuerdo con aprobar un nuevo modelo de financiación?, se preguntó Rajoy, mientras recordaba ante los suyos que el actual fue puesto en marcha por el PSOE con los votos en contra del PP. «Con 137 diputados no se puede cambiar, por lo que invito a los socialistas a sentarse a hablar, no solo a dar discursos», apostilló.

Todavía faltan 15 meses para las próximas elecciones autonómicas, pero el Partido Popular ya está engrasando su maquinaria de cara a evitar que los pronósticos que marcan las encuestas en favor de Albert Rivera (CS) se cumplan. Tras desembarcar en Elche y Córdoba, el presidente de los populares y del Gobierno de España lo hizo ayer en Zaragoza. El objetivo era hablar de conciliación y familia, pero aprovechó la ocasión para afrontar algunos de los debates que más inquietud generan en la comunidd. Eso sí, ni una palabra sobre la planificación hidrológica.

IGUALDAD

Rajoy recogía el guante que minutos antes le había lanzado el presidente de los populares aragoneses, Luis María Beamonte, de quien afirmó que estaba listo para gobernar Aragón y hacer frente a la «inestabildiad institucional de la izquierda». Beamonte le había insistido que la financiación «nos permite sacar adelante los servicios básicos de lo que es el día a día, es fundamental que se aborde desde la perspectiva de la solidaridad, concepto que siempre hemos tenido las gentes del PP, teniendo en cuenta envejecimiento de la población y su dispersión». «Es una reivindicación justa en una España en la que todos aspiramos a ser iguales», recalcó.

El presidente del Gobierno también propuso realizar un pacto nacional por la conciliación y la racionalización de horarios, considerando que partidos y actores se pongan de acuerdo al considerar que es «un asunto primordial». Siguiendo esta línea Rajoy destacó que mientras «unos montan el número», los populares están reduciendo la brecha salarial «con eficacia, no con palabras». «Está por debajo de países como Alemania, Holanda y Francia».

Quiso insuflar ánimo entre los asistentes: «Debemos estar orgullosos de haber salvado el estado de bienestar». De hecho, no estuvo la niña de Rajoy, pero los populares volvieron a desplegar la bandera de la familia como uno de los valores y pilares a proteger de la mano de la economía. En el acto también participó la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, que destacó medidas puestas en marcha como la ampliación de la baja paternal. .H