Un viaducto con una plataforma de 70 metros de longitud de dos vanos salvará el tramo de la carretera N-330 del puerto de Monrepós que se hundió el pasado 13 de abril como consecuencia de las numerosas lluvias y nevadas producidas durante los tres meses anteriores. Estas obras de la futura autovía A-23 tendrán un plazo de ejecución aproximado de tres meses y un coste adicional de 4,5 millones de euros, a los que hay que sumar los 1,2 millones de euros que ha costado el desvío provisional para salvar la plataforma deslizada.

Así lo anunció ayer el jefe de Demarcación de Carreteras del Estado en Aragón, Rafael López Guarga, ante el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que visitó las obras que se están realizando en los diversos tramos de la A-23 a su paso por el puerto de Monrepós, tramos de una gran complejidad técnica por la orografía y la composición de este terreno montañoso que supone una barrera natural entre la ciudad de Huesca y los macizos pirenaicos.

López Guarga achacó a las intensas lluvias del mes de marzo y abril, cuando cayeron 210 y 260 litros por metro cuadrado, respectivamente, el deslizamiento de este tramo del puerto, muy cerca de la coronación, en el tramo inicial de Caldearenas-Lanave. Asimismo, indicó que un frente tan poco habitual de precipitaciones, también en forma de nieve, provocó el colapso de la plataforma. En febrero habían caído 60 litros por metro cuadrado, y destacó que en años anteriores apenas había habido precipitaciones.

CIERRE AL TRÁFICO

El responsable de las carreteras estatales en Aragón detalló cuáles fueron los pasos dados desde que se advirtieron las primeras fisuras en el asfalto de la vía, el 12 de abril, cuando se prohibió el paso de vehículos pesados hasta que pocas horas después se cerró a todo tipo de tráfico tras la toma de datos y estudios necesarios para la definición de los diferentes parámetros del terreno, para desplomarse posteriormente.

Desde el viernes 20 de abril, está operativo un desvío provisional al tráfico paralelo al trazado actual de la carretera, en la parte alta de la ladera, de unos 300 metros de longitud y 10 metros de anchura.

En estos momentos, ha finalizado la ejecución de una pantalla de micropilotes de 30 centímetros de diámetro y de hasta 15 metros de profundidad para la protección del desvío respecto al deslizamiento producido. La longitud total de micropilotes ha superado los 1.000 metros. El nuevo viaducto que se realizará para paliar el problema acontecido tendrá también micropilotes, pero esta vez anclados a 20 metros de profundidad.

ESTUDIO INTEGRAL

Asimismo, se ha comenzado a colocar mallas de guiado en algunos taludes del puerto y se va a actuar especialmente en los más próximos al enlace de Caldearenas (calzada única sentido Jaca) para proteger tanto la calzada de la autovía como la propia estructura del enlace.

Paralelamente a estas obras, que el ministro de Fomento confía en que no prolongue los plazos de ejecución de una obra que, según aseguró, avanza «a buen ritmo», se ha encargado un estudio integral de la estabilidad de las laderas de la cara norte del puerto de Monrepós. Tras analizar con diversas consultoras de ingeniería y expertos en geotecnia, será un experto de la Universidad de Cantabria --gran conocedor de la zona-- quien se encargue de elaborar este estudio.

El ministro felicitó a los responsables de las obras por la celeridad en su actuación tras el deslizamiento de esta ladera, así como por las alternativas dadas para evitar que este problema se prolongue en el tiempo y no ralentice los plazos previstos de ejecución en esta obra.

De la Serna dio cuenta de la dimensión de la obra acometida en el Monrepós, donde se están realizando trabajos por un importe de 300 millones de euros, una de las mayores inversiones en infraestructuras viarias. De hecho, De la Serna destacó que se están invirtiendo más de 720 millones de euros en carreteras en Aragón, la cifra más alta de todo el Estado.