Todo pasa y todos pasean por ella. La calle Alfonso I es una de las más comerciales y visitadas de Zaragoza por ser una vía directa hacia la plaza del Pilar, el punto más representativo de la ciudad. Ese protagonismo ha sido histórico pero se acrecentó con el proyecto de peatonalización llevado a cabo en el 2001, que marcó un antes y un después desde el punto de vista turístico, comercial y social. Han pasado ya 17 años de aquella reforma, que como casi todas las que se impulsan en la capital aragonesa, se topó con el recelo de ciertos sectores. Pasado el tiempo, el apoyo a esta intervención urbanística es hoy abrumador entre vecinos y comerciantes de la zona.

Así lo ha podido constatar EL PERIÓDICO, que ha vuelto a recorrer la columna vertebral del Casco Histórico para conocer la opinión de empleados y propietarios de comercios tradicionales (ver testimonios abajo) que vivieron en primera persona esta transformación. Todos coinciden hoy en señalar que la peatonalización dio esplendor a esta vía, que recuperó el protagonismo de décadas pasadas como centro neurálgico y comercial de referencia para zaragozanos y visitantes.

La calle, tal y como la conocemos ahora, ha cumplido 150 años de historia. Fue construida entre 1865 y 1867, cuando se decidió la apertura de una vía por motivos higiénicos y con la intención de descongestionar el centro histórico de la ciudad. Su conversión en peatonal llegó en el 2001 de la mano del alcalde del PP José Atarés, siendo el proyecto estrella del Plan Integral del Casco Histórico. La reforma esta a punto de cumplir la mayoría de edad pues han pasado ya 17 años de una obra que transformó por completo esta vía y el concepto mismo de la ciudad.

EL TIRÓN DE FRANQUICIAS

Desde entonces se han producido otros hitos que han influido en la fisonomia comercial de la calle y que, lamentablemente, le han hecho perder parte de su esencia. Y es que, de los algo más de 70 establecimientos abiertos que hay actualmente, tan solo quedan una decena que sean pequeños comercios tradicionales. En los últimos años han bajado la persiana tiendas históricas como Derby, La Campana de Oro, Almacenes Florida, Vidal Beltrán, Vivaldi o Juan García, entre otros.

El comercio familiar y tradicional está en franco retroceso aquí, al igual que en todo el Casco Histórico y la zona centro, que ha sido colonizado por franquicias y grandes cadenas. La tendencia, que se repite en todas las grandes ciudades españolas y europeas, no es consecuencia de la peatonalización sino que responde a diversas causas, entre las que destaca el encarecimiento de los alquileres de locales tras el fin de los arriendos de renta antigua en el 2015. Eso hizo que algunos negocios tuvieran que pagar hasta diez veces más para continuar en su ubicación, lo que forzó a algunos cierres. Otros se han debido a la falta de relevo generacional.

Un elemento que también juega a favor de las franquicias es que pueden abrir en esta calle todos los domingos y festivos gracias a que el Casco Histórico fue declarado en el 2013 como zona de gran afluencia turística.

Los precios actuales en esta vía se sitúan en una horquilla de entre 6.000 y 12.000 euros mensuales. El coste medio por un local de 100 metros cuadrados es de unos 8.500 euros al mes, según datos de la consultora inmobiliaria CBRE. Según este operador, es la segunda calle más cotizada comercialmente de la ciudad, por detrás del paseo Independencia. Pero el concepto de Alfonso I es muy distinto, ya que está basado en tiendas de formato pequeño y compras de impulso (de pequeñas cuantías). El tramo más demandado es el situado entre la plaza Sas y el Coso.

La pujanza de la calle Alfonso viene corroborada también por los registros de tráfico de personas. A falta de los datos del mes de noviembre (black friday) y de diciembre (Navidad), este año ha registrado tramos de 7.700 peatones diarios de media, un 3% más que en el 2017, lo que la convierte en la tercera vía más transitada de Zaragoza. La primera es Independencia (10.700) y la segunda Cinco de Marzo (8.200), a la que está a punto de alcanzar, según la empresa TC-Street, que hace mediciones con células fotoeléctricas que cuentan los peatones que circulan por la acera.

Don Jaime I, envuelta ahora en la polémica por la resistencia de los comerciantes a su peatonalización, ocupa el puesto 14 en tráfico de personas y ha sufrido una caída del 4,9% en el último año, al caer pasar de una media de 4.248 peatones diarios en el 2017 a 4.039 en lo va del 2018. De ahí, que el alquiler de un local ronde aquí los 2.500 euros al mes, un 70% menos que en Alfonso.