«Al principio había muchas dudas, pero los años han demostrado que ha ido a mejor», considera Manuel Lapuente, encargado de la tradicional tienda de tejidos Julián López, al hacer balance de la peatonalización de la calle Alfonso I.

«Ha servido para que todo el público pueda andar y pasear sin ninguna prisa», reflexiona. «También hay que decir -agrega- que la gente mira menos los escaparates, porque antes la circulación de los coches obligaba a ir por la acera». No obstante, esta merma ha quedado compensada porque la reforma «ha servido para que se incremente notablemente el flujo de viandantes».

Este negocio lleva ubicado 40 años en el número 28 de la calle Alfonso I, donde abrió sus puertas el 11 de octubre de 1978. Cuenta con una plantilla de ocho personas y se dedica a la venta de tejidos y ropa de cocina y cama.

En cuanto al retroceso del comercio tradicional, señala que se debe a «un problema con las rentas de los alquileres, que se han encarecido» y a que los dueños de algunas tiendas «se han jubilado y no han conseguido relevo en sus negocios».

Sobre la reforma de Don Jaime I, Lapuente la ve con buenos ojos. «Estamos dentro del Centro Histórico de Zaragoza, por lo cual veo muy bien que todas estas calles sean peatonales para que la gente pasee y disfrute. ¿Qué se paren más o menos en los comercios? Ahí está la duda, pero yo creo que a la larga todos nos acostumbramos», asegura. «Al final, cuanta más gente hay en la calle, hay más posibilidades hay de venta», concluye. j. H. P.