Podemos-Equo inició la campaña en Aragón después de que el 28-A obtuviera un resultado negativo con la pérdida casi 37.000 votos solo en la comunidad y un diputado por Huesca, que superaron el millón a nivel nacional, lo que se tradujo en 29 escaños menos en el Congreso (de 71 a 42). Un escenario complicado que las candidatas a la Presidencia de Aragón y al Ayuntamiento de Zaragoza, Maru Díaz y Violeta Barba respectivamente, han afrontado con la convicción de que las campañas electorales se les dan bien y de que en estos 15 días han recuperado a parte de ese electorado que hace apenas un mes desvió su voto hacía la urna del PSOE. «Vamos a dar la sorpresa y salimos a ganar», aseguró Díaz, que pidió el voto de los indecisos, a quienes les pidió la oportunidad para demostrar que pueden hacer cosas nuevas, al contrario que «los partidos que llevan 40 años» al frente de los Gobierno, declaró.

«Sabemos que se nos dan bien las campañas y lo hemos vuelto a demostrar», explicó Díaz ante los compañeros y simpatizantes que se acercaron hasta la terraza Luna Morena, en la ribera del Ebro, para dar por finalizados 15 días en los que ha recorrido el territorio dando a conocer sus propuestas y «acercando Podemos-Equo a cada rincón de nuestro extenso Aragón», añadió.

Según Díaz, han sabido aguantar el tipo y, sobre todo, «la presión» de unas encuestas que admitió no eran nada favorables. «Hemos sabido darles la vuelta, mostrando que en Podemos sabemos hacer las cosas a la aragonesa, exponiendo nuestro programa y contagiando nuestras ganas de cambiar las cosas». Motivo por el que dijo que salen a «ganar» convencidos de «van a dar la sorpresa».

Junto a ella estaba la alcaldable por Zaragoza, Violeta Barba, que competirá mano a mano por un electorado con unas diferencias mínimas como es el de Zaragoza en Común (ZeC).

Barba recordó que mañana se eligen dos modelos de ciudad en las urnas. Por un lado, «el de la derecha», como lo definió, que propone bajar los impuestos a los ricos, expulsar a los jóvenes a los barrios periféricos y acabar con el pequeño comercio a favor de «las élites y los amigos de siempre», explicó. Por el otro está el suyo, el «progresista», que apuesta por una ciudad «compacta», «sostenible» donde la vivienda tiene unos precios asequibles y se crea empleo.

Tras una campaña «verdaderamente ilusionante», Barba quiso dejar claro que a día de hoy todavía no hay seguridad de que la alcaldable por el PSOE, Pilar Alegría, opte por un gobierno progresista porque sigue sin decir si estará dispuesta a pactar con Cs. «Hay que recordarle que un Gobierno con Cs jamás será progresista», afirmó.