Ya sea por el efecto Sánchez y su triunfo en las generales. Ya sea por el declive del PP y la división del voto de la derecha. O por razones particulares de cada municipio. Pero el PSOE fue el claro vencedor de las elecciones locales. Con el 96% escrutado, obtuvo más de 6’4 millones de votos, el 29%, siete puntos por encima del PP que, en términos generales, barrió a Ciudadanos, que se quedó en un 8% del voto y tres veces menos papeletas. Por su parte, Vox logró sus primeros concejales, con un 2,9%.

Hacía 16 años que los socialistas no salían vencedores de unos comicios municipales y en el 2003 ganaron por los pelos, mientras el triunfo ayer fue claro y contundente, pese al mal sabor de boca que sin duda provocó la victoria insuficiente de Manuela Carmena en Madrid. El PSOE se alzó con la victoria en más de una veintena de capitales de provincia, incluidas algunas en Castilla y León, que llevaban años en manos del PP. Los populares, eso sí, lograron retener la ciudad de Málaga, uno de sus pocos bastiones impugnables, con Francisco de la Torre al frente. Con 571.000 habitantes, será previsiblemente la ciudad más grande gobernada por los conservadores, donde han ejercido el poder de forma ininterrumpida los últimos 24 años.

Pero de forma simbólica, el PP perdió Ávila, la ciudad de Adolfo Suárez Illana y por la que se presentó Pablo Casado en el 2015, por desavenencias internas que han provocado una escisión del propio PP que se alzó con la victoria.

¿Y qué ha pasado con los alcaldes del cambio? Sin tener en cuenta a Carmena y Ada Colau, Joan Ribó, de Compromís, en Valencia, podrá retener la alcaldía con un pacto con el PSOE y un solo concejal de diferencia con el tripartito de derechas. Mucho más holgada fue la victoria del alcalde de Cádiz, José María González, alias Kichi, quien rozó la mayoría absoluta pero mantendrá el bastón de mando con un previsible pacto con el PSOE.

En Galicia el PSOE sí arrebatará previsiblemente los gobiernos locales que el movimiento de las mareas obtuvo hace cuatro años en La Coruña, Santiago y Ferrol. En el País Vasco, el PNV obtuvo un resultado histórico, con subida en las tres capitales vascas y otros muchos municipios. El alcalde peneuvense Juan Mari Aburto volverá a gobernar en Bilbao, rozando la mayoría absoluta. En Vitoria, el PNV con Gorka Urtaran también ganó mientras el PP que antes lideraba Javier Maroto se desplomó de nueve a cinco asientos. En San Sebastián los peneuvistas también se alzaron con una victoria que lograron en 2015 por primera vez en 32 años. En cambio, Pamplona se convirtió en el ejemplo de que la derecha unida en una única lista podría haberle dado muchos quebraderos de cabeza a Pedro Sánchez. La coalición Navarra Suma, de UPN, PP y Ciudadanos, fue el claro ganador, a uno concejal de la mayoría absoluta, pero quien gobierne dependerá del PSOE, que tendrá que inclinar la balanza hacia el lado conservador o el aberzale. En la capital andaluza, el alcalde socialista, Juan Espadas, revalidará su cargo tras un retroceso histórico del PP y un estancamiento de Cs.