Un día después de que los resultados electorales en Aragón dejaran un incierto panorama político en las principales instituciones de la comunidad, los partidos con opciones de Gobierno comenzaron a sondear las distintas posibilidades de configurar mayorías. Todos coinciden en que ningún acuerdo se cerrará de forma inminente, y hay múltiples opciones factibles, aunque prácticamente todas ellas pasan por Ciudadanos y PAR, cuyo voto y protagonismo en los futuros pactos será determinante para conocer quién presidirá las dos instituciones que manejan más presupuesto en la comunidad: el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza.

Nada está cerrado, aunque ayer había más optimismo en las filas del PP y Ciudadanos que en las del PSOE, que no obstante no renuncia a ejercer su condición de partido más votado para tratar de apurar acuerdos que en cualquier caso pasan por el PAR en las Cortes de Aragón y por Cs en el Ayuntamiento de Zaragoza.

Nadie habla de vetos y nadie cierra ninguna puerta, pero ayer, tras las reuniones de los órganos nacionales -ya que será en Madrid donde se decidan los gobiernos autonómicos y municipales- en el PP cundía un notable optimismo acerca de las opciones de recuperar la Alcaldía de Zaragoza, aunque eso supusiera un acuerdo para el Gobierno de Aragón con Ciudadanos que pudiera suponer el sacrificio del Pignatelli en favor del candidato naranja, Daniel Pérez Calvo. Para ello, sería imprescindible el apoyo de Vox, que para los populares ha vuelto a formar parte del «centroderecha» y el voto favorable o abstencionista del PAR.

DIVERSAS PIEZAS / Este acuerdo, que contradiría gran parte del argumentario habitual de Ciudadanos -que se ha opuesto a «pactos de perdedores» y que no ha dudado en considerar Gobiernos «Frankestein» y de okupas cuando eran otros los que los formaban- cuenta con el respaldo y beneplácito de las direcciones nacionales de populares y naranjas, aunque sobre la mesa de los pactos figuren otras piezas que influirán y condicionarán la naturaleza de todos los pactos. PP y Cs están condenados a entenderse para recuperar la hegemonía en las instituciones de Madrid, pero a cambio pueden surgir otras plazas también muy ansiadas, entre las que figuraría el Gobierno de Aragón y, especialmente, el Ayuntamiento de Zaragoza, por lo que significaría para la derecha acabar con 16 años de gobiernos de izquierdas y recuperar una de las ciudades «del cambio» junto a Madrid.

A priori, el PP tiene más facilidad para sumar tanto en los ayuntamientos de las tres capitales de provincia y el Gobierno de Aragón. Le sale la suma con Ciudadanos de forma clara. En Aragón, también, aunque será determinante la posición del PAR, cuyo presidente, Arturo Aliaga, no se cerró ayer ninguna puerta. En cualquier caso, los aragonesistas tendrán ante sí una posición compleja: favorecer un Ejecutivo autonómico de izquierdas -alejado de las posiciones centristas del PAR- u otro más afín a priori con PP y Ciudadanos pero al que también se debería sumar Vox, lo que podría provocar una situación incómoda en los aragonesistas. En cualquier caso, el voto de los tres diputados del PAR en las Cortes se antoja, una legislatura más y ya van siete, determinante.

CAMBIO DE POSICIÓN / Sin embargo, Ciudadanos también ha cambiado su posición respecto a los últimos meses y ayer acordó no poner ningún veto al PSOE, el partido de Pedro Sánchez, hasta hace tan solo tres semanas único enemigo político de Rivera junto a las formaciones independentistas. Pero ayer, Vox era ya reconvertido centroderecha y ya no era objetivo prioritario echar al PSOE de Pedro Sánchez de las instituciones. A su vez, El PSOE federal tiene ante sí una compleja posición: desoír el clamor de unas bases que no quieren pactos con Rivera, a verse forzado a gobernar con Ciudadanos por la tiranía de las sumas. Ni siquiera está claro que el precepto de que la militancia tenga que dar el visto bueno a los pactos se cumpla. Podría reducirse a los respectivos órganos del partido.

El PSOE es el partido más votado pero, paradójicamente, el que tiene más dificultades para sumar. Podemos se ha convertido en una fuerza irrelevante desde el punto de vista aritmético, y aunque hay varias sumas posibles, las más factibles pasan por hacerlas con Ciudadanos. El aspirante socialista, Javier Lambán, hará todo lo posible por que salga esa suma, aunque eso suponga perder la Alcaldía de Zaragoza. Por su parte, la alcaldable Pilar Alegría tratará de conseguir que la formación de Albert Rivera le brinde el apoyo. El único que la puede convertir en alcaldesa. Diversas fuentes socialistas no eran demasiado optimistas con que puedan configurar gobiernos, aunque insistieron en que como fuerza más votada van a explorar todas las posibilidades para conseguirlo.

De momento, ayer todos los protagonistas del enmarañado mapa político aragonés se cruzaron llamadas de teléfono y mensajes de texto para mostrar tímidamente sus cartas, aunque la partida tardará en jugarse aún varios días. A ver quién mueve ficha primero.

UN INTENSO VERANO / En cualquier caso, dos fechas en el candelario anticiparán el futuro clima del inminente verano: el 15 de junio se constituyen los ayuntamientos de la comunidad (y la mayor parte están también en el aire y pueden decantarse hacia uno u otro lado del espectro ideológico) y el 20 de junio, donde se consituirán las Cortes de Aragón y se configurará la Mesa del Parlamento. Una mesa cuya composición también entrará en los posibles pactos. Al final, aunque todos renieguen de los «cambios de sillones», es un hecho incontestable que así sucede siempre en toda negociación política postelectoral. Al igual que sucede con los senadores de designación autonómica. Tanto el PSOE como el PP, al ser las dos fuerzas más votadas, podrán elegir a sus candidatos, que se podrían ceder a otras fuerzas para tratar de conseguir su voto favorable de investidura.

Tras el 20 de junio, habrá dos meses exactos para que se constituya el Gobierno. Por tanto, quedan aún semanas de intensas y complejas negociaciones a múltiples bandas. De nuevo, el mapa político aragonés se muestra diverso y plural, con numerosas opciones y con endiabladas combinaciones que determinarán la próxima legislatura.