Los planes impulsados por las administraciones públicas son «insuficientes» para frenar el cambio climático. Con esta idea, y con la exigencia de que hacen falta «medidas urgentes» con su correspondiente «dotación de recursos» para frenar el avance del calentamiento global salieron ayer a la calle en Aragón millares de manifestantes. En localidades de las tres capitales se escuchó el grito de que para mantener el planeta «vivo y justo» hace falta tomarse en serio la emergencia medioambiental que se ha declarado en más de veinte países.

La marcha más numerosa, que los organizadores cifraron en 12.000 personas, fue la de Zaragoza. «Demandamos a las instituciones aragonesas que adopten los compromisos necesarios para convertir la agenda ecológica en el eje central de sus políticas», indicaron durante la lectura del manifiesto los portavoces de Juventud por el Clima, Alfonso González y Lisa Castro.

Y más allá de los compromisos genéricos, pidieron acciones inmediatas y concretas que el Gobierno de Aragón puede establecer en la actual legislatura, como son un control de la «especulación ganadera», ejemplificada en la proliferación de macrogranjas, o establecer vetos a la ampliación de las estaciones de esquí en el Pirineo altoaragonés. En el caso de que no se cambie el rumbo garantizaron «más movilizaciones».

REDUCIR LOS PLÁSTICOS

Independientemente de la respuesta política que logre la jornada de huelga decretada por la Alianza por el Clima, lo cierto es que la conciencia ambiental ha calado en la ciudadanía. «Tenemos que agradecer a la gente joven la gran acogida que ha tenido esta convocatoria», aseguró el portavoz de la agrupación local de WWF, Ángel Torres. Mucha culpa de este cambio de tendencia lo tiene la activista sueca Greta Thunberg, impulsora de las actividades englobadas en esta movilización mundial. Barbastro, Alcañiz, Ejea o Monzón han sido otras de las ciudades y municipios en los que la gente ha salido a la calle a mostrar su descontento con la gestión del cambio climático.

«Este tipo de manifestaciones son muy necesarias para lograr una mayor conciencia ecológica», aseguró el profesor universitario Luis Vicente. Por eso reclamó que la jornada de protestas no se quede en «algo puntual», pues la exigencia de reducir el uso de plásticos resulta cada vez más evidente.

El ambiente en la marcha zaragozana fue tremendamente festivo, recogiendo el impulso de la concentración protagonizada por los estudiantes a primera hora de la mañana. El seguimiento en las aulas de la huelga convocada por los sindicatos educativos llegó al 50%, según los datos oficiales del Gobierno de Aragón. La provincia con mayor participación fue la de Teruel.

A la manifestación, que salió de la plaza Paraíso y terminó llenando buena parte de la plaza del Pilar se sumaron también distintos colectivos sociales, como los bomberos forestales de la empresa pública Sarga y las brigadas de extinción. «Nuestro trabajo está relacionado directamente con el cambio climático porque trabajamos en el monte y vemos directamente las consecuencias, siendo la más evidente la desestacionalización de los incendios forestales», aseguró la portavoz de los colectivos, Elena Magán. Los uniformes amarillos, tiznados de ceniza, eran una prueba de su exigente labor.

El movimiento feminista ha sido el puente a través del que muchas jóvenes se han interesado por el ecologismo, algo que resultó evidente en la marcha matinal, pues los pañuelos morados se mezclaban con los verde. La portavoz de Juventud por el Clima, Ariadna Díez, reclamó la creación de una empresa pública de energía y garantizar «reconversiones justas» para sectores como el de la minería, algo que consideró fundamental para Aragón. Además le exigieron a los dirigentes de la comunidad promover «una alimentación y un consumo de cercanía», así como planes de vivienda digna sin especulación.

SIN IDEOLOGÍAS

«Nos ha sorprendido esta respuesta, se ve que esto no va de ideologías, nos afecta a todos», aseguró un grupo de estudiantes de la facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza.

El manifiesto de la Alianza por la Emergencia Climática de Aragón, que agrupa a medio centenar de asociaciones, habla igualmente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de entre el 40 y el 60% para el 2030 respecto al 2010; de abandonar los combustibles fósiles y de apostar por energías 100% renovables. «Todo ello debe quedar reflejado a nivel estatal en la futura ley de cambio climático y transición energética», urgió Castro. Una gran pancarta portada por activistas de todas las edades recordaba que el tiempo se acaba en el planeta.