El Ayuntamiento de Zaragoza inició ayer con carácter de urgencia una actuación para limpiar, sanear y demoler los elementoS que revisten peligro de la antigua fábrica de ascensores y escaleras mecánicas de Schindler (antes Giesa), situada en el barrio de Las Fuentes-Montemolín. Esta histórica planta industrial, que cuenta con una superficie de 9.000 metros cuadrados, se encuentra en un estado de completo deterioro y abandono desde que hace 14 años la compañía trasladara su actividad al polígono Empresarium, en La Cartuja. El edificio pasó a ser de titularidad municipal sin que en todo este tiempo se le haya dado ningún uso, a pesar de los sucesivos proyectos y promesas que el consistorio ha ido planteando.

El consejero municipal de Urbanismo y Equipamientos, Víctor Serrano (Ciudadanos), destacó que el objetivo prioritario de esta intervención es «evitar males mayores y garantizar la seguridad de las personas», como así venían advirtiendo los vecinos de la zona, que llevan años reclamando al ayuntamiento que ponga freno a la degradación de este espacio. Durante una visita al lugar, acompañado por los medios de comunicación, el edil lamentó el «absoluto grado de destrucción y abandono» de las instalaciones, que suponen «un serio peligro para las personas».

FUTUROS USOS

Una vez que acometa la limpieza y adecentamiento de la antigua factoría, unos trabajos que se prolongarán durante tres o cuatro meses, Serrano se comprometió a desarrollar un proyecto más ambicioso para que esta gran edificación industrial recobre vida en favor del barrio y sus ciudadanos. «Es una zona degradada de la ciudad que vamos a empezar a poner en valor. Este es el primer paso», afirmó.

La decisión final sobre los usos que se darán a este espacio se tomará con la participación de las asociaciones del barrio y la Junta Municipal de Las Fuentes, con los que, apuntó, ya se han iniciado conversaciones. «Llevamos más de un década sin hacer nada en estas naves y esto sienta las bases para hacer algo útil para el barrio», aseveró. En cuanto a la financiación del proyecto que se considere más idóneo, apuntó que se deberá definir en los presupuestos del 2020.

La principal actuación consistirá en el desmontaje y demolición de las naves interiores, que ocupan unos 2.600 metros cuadrados y se encuentran parcialmente derruidas. El ayuntamiento ya ha iniciado los primeros trabajos para adecentar la edificación, que han sido encargados a la empresa turolense Construcciones Lecha. Una de las acciones que ya se ha iniciado es la retirada de la colonia felina asentada en este complejo ruinoso.

RIESGOS POR EL AMIANTO

Según Serrano, el coste de la intervención todavía se desconoce por ser de carácter urgente -«iremos viendo con cada una de las certificaciones»-, lo que hace que se financie con cargo a la partida especifica que tiene el consistorio para este tipo de situaciones perentorias. «Es una actuación costosa ya que las labores previas de limpieza y aseguramiento son potentes», detalló. A ello se suma que la operación de derribo tendrá su complejidad porque parte de las cubiertas son de fibrocemento (uralita), que contiene amianto, un producto tóxico que requerirá el desarrollo de trabajos especiales para su retirada y gestión. «Hay mucho trabajo por delante porque durante décadas no se ha hecho nada en estas naves abandonadas que tienen valor patrimonial», criticó.

No obstante, el responsable de Urbanismo incidió en que la intervención se llevará a cabo «con absoluto respeto y conservación» de los elementos protegidos de la edificación, como son los frentes de fachada que dan a la calles San Agustín y Yolanda de Bar, en los que se ejecutarán labores de limpieza y aseguramiento. «No queremos que se sigan deteriorando como ha ocurrido en otras partes de la planta por la dejadez y el abandono», lamentó.

PROPUESTA VECINAL

En la visita ala antigua fábrica también participó Carmen Gimeno, de la asociación vecinal Las Fuentes, quien mostró su conformidad con la actuación prevista, que demandaban desde hace tiempo, y confió en que esto suponga el inicio de un proceso que permita dar un uso definitivo a este equipamiento municipal, después de un largo periodo en el que no han prosperado las diferentes propuestas lanzadas para su reutilización.

En este sentido, la representante vecinal pidió la constitución de una mesa de trabajo con todos las partes involucradas para poder decidir el futuro uso de esta fábrica, un edificio de grandes dimensiones que requerirá, remarcó, de «mucha inversión». Entre los posibles usos a los que se podría destinar, Gimeno mencionó que el barrio que carece de un espacio multiusos para actuaciones y de equipamientos deportivos.

A este respecto, apuntó la posibilidad de que se haga una piscina cubierta o apartamentos de alquiler para jóvenes. La actuación requiere «un proyecto de ciudad», concluyó, porque el barrio de Las Fuentes-Montemolín es -recordó- una de las zonas «con más densidad de población» de Zaragoza.

CRÍTICAS DEL PSOE

La portavoz del PSOE en el ayuntamiento, Pilar Alegría, criticó que hayan conocido «no por Urbanismo, sino por alguna asociación de vecinos», la actuación iniciada en la antigua planta de Schindler. Sobre los posibles usos para el futuro de este tipo de edificios, demandó al actual equipo de gobierno PP-Ciudadanos «ambición a la hora de buscar soluciones» e instó a realizar un estudio sobre las infraestructuras municipales en desuso. «Los gobiernos tienen que tener audacia para intentar buscar fórmulas que reactiven y revitalicen estos edificios históricos», concluyó.