-¿Por qué es necesaria la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS)?

-Porque es el interlocutor válido entre la sociedad civil y la Administración pública aragonesa. Somos ahora mismo 46 entidades que nos dedicados a trabajar desde Aragón en cooperación al desarrollo, educación para el desarrollo y la ciudadanía global y sensibilización para crear este espacio, que coordinamos entre nosotros y nosotras.

-Cada una de esas asociaciones tiene su objetivo pero, ¿cuál es el de la FAS?

-Que seamos una fuerza, dentro de la pluralidad, ante la Administración pública para incidir sobre políticas públicas visibles y fuentes de trabajo para la vida digna de las personas, la justicia social, la climática y ambiental, la de género y también los derechos humanos.

-¿Hay oenegés que no pertenecen a la federación?

-Sí, pero no porque no quieran, sino porque o no han podido tener una estabilidad a causa de la crisis y los recortes, o porque no cumplen las condiciones.

-¿Qué criterios son esos?

-Primero la participación a través de sus voluntarios o trabajadores en el contenido de la FAS. Y segundo, cumplir el código de conducta, ya sea en cuanto a transparencia presupuestaria, sobre los estatutos o sobre cuestiones de imagen y de mensaje.

-¿Cómo ha cambiado la solidaridad en estos 25 años? O mejor, ¿qué destacaría de este aniversario?

-Llevo 12 años en España y, aunque no he vivido esos 25 años, yo destacaría la trayectoria. El viaje en sí. Ha habido cambios porque todo está cambiando. La sociedad cambia día a día el discurso, la agenda, y eso es lo que destacaría, que somos los dueños del discurso del cambio. Y ese cambio mira hacia la justicia y los derechos humanos. Hacia donde las personas se sienten partícipes y empoderadas para dirigir su propio futuro.

-¿Cómo llegó a ser la presidenta?

-Nací en Ankara (Turquía). Allí estudié Relaciones Internacionales en la Universidad de Oriente Medio y con las movilizaciones estudiantiles empecé a conocer el mundo de la justicia social. Me especialicé en derechos humanos. Y llegué a Zaragoza para estudiar un máster a la vez que trabajaba en la Asamblea de Cooperación por la Paz, de la que soy delegada en Aragón. Desde hace dos años soy la presidenta de la FAS.

-¿Cuáles son los ‘puntos calientes’ de la solidaridad en Aragón?

-El primero, el cumplimiento de los pactos firmados con las instituciones públicas aragonesas. En el 2018 sellamos uno hasta el 2023 con todos los grupos de las Cortes como hoja de ruta global para implementar un plan transversal.

-¿Qué se está incumpliendo?

-El objetivo estatal e internacional es que el 0,7% de los presupuestos de las administraciones se destine a ayuda al desarrollo. En Aragón, logramos firmar el año pasado el compromiso de destinar el 0,2%. Sin embargo, ahora estamos en el 0,06%, aunque la idea es ir aumentándolo para llegar a ese porcentaje marcado en el 2023. Hay un compromiso público, y veremos cómo se cierra en los presupuestos. Estamos esperanzados con el inicio de las nuevas legislaturas municipales y autonómicas.

-¿Qué acciones dependen de esos presupuestos?

-Con los fondos que se recibieron el año pasado trabajaron 14.200 voluntarios, 119.000 socios y 22.300 donantes y padrinos aragoneses. Los beneficiarios de la acción de las entidades solidarias fueron más de 727.300 personas en 40 países del Sur.

-¿Cree que para algunas personas una vida vale más que otra?

-No quiero creerlo.

-En los últimos años han crecido las posturas contrarias a los migrantes...

-Han ocupado más espacios, tanto públicos como privados. Por eso animo a nuestros aliados a visibilizar el discurso positivo y a estar orgullosos del mismo.

-¿Qué campañas de la FAS destacaría?

-Además de la de comercio justo o contra el despilfarro de alimentos, compartimos junto a la Plataforma Ciudadana contra el Racismo el derecho de movilidad humana y convocamos en la plaza de España cinco minutos cada vez que nos llegan noticias de fallecidos. Con los atentados terroristas en Europa sí se dan estas movilizaciones ciudadanas y de políticos. ¿Por qué no con estas otras personas?