¿ Cómo ha llevado su reciente convalecencia por el covid?

Lo he llevado fenomenal. El teletrabajo entretiene y tienes tiempo para pensar, leer... No había estado en mi vida 14 días sin salir de casa y hay momentos de cansancio, pero hay gente que lo pasa infinitamente peor. Soy poco hipocondríaco y, en general, tengo buena salud. Además, desde el principio me he encontrado bien. Me ha tocado una lotería: pasar el covid sin pasar el dolor que conlleva una enfermedad.

¿Desde casa y con covid ha cambiado alguna de sus perspectivas sobre la situación?

Mi opinión sobre la gestión de esta crisis no es distinta por haber pasado el covid. Es evidente que no tengo una buena opinión de cómo está afectando a nuestro país la pandemia. Cuando nos comparamos con nuestros socios europeos estamos a la cola en índices de mortalidad y contagios. Algo se ha hecho mal, está claro.

¿Qué se ha hecho peor que en otros países de nuestro entorno?

Uno de los grandes problemas que hemos tenido en España ha sido no confiar en los expertos, que son los que deben tomar decisiones en situaciones así. Es incomprensible que no se haya confiado en las personas más capacitadas, ya fuera en las comunidades o en el Gobierno. Además, no hemos evaluado como otros las políticas que se han puesto en marcha para hacer autocrítica. Con datos objetivos, no hemos tenido la humildad de reconocer que las cosas se podían hacer mejor. Por no entrar en lo que es la reciente marcha del ministro Illa, algo que solo el PSOE ha defendido. Se ha ido del ministerio en el peor momento de la tercera ola, no ha sido responsable. Ni siquiera los socios de los socialistas han estado de acuerdo en que Illa no dijera la verdad sobre su candidatura. Lo negaron por un interés tacticista, y eso genera aún más dudas en la gestión de la pandemia en un momento como el que estamos viviendo.

¿No cree que tampoco se lo han puesto fácil desde la oposición y que ha habido una hostilidad entre los partidos que no ha ayudado mucho ante una gestión tan compleja y nueva para todos?

Illa sabía que iba a ser candidato en Cataluña. Y ese tipo de confrontación cuasi futbolera entre Cataluña y Madrid no es buena para España. Creo que ha tenido que ver con lo intereses políticos que había detrás por las elecciones catalanas. Posiblemente todos hayamos cometido errores. Es hora de arrimar el hombro, de solucionar problemas y no crearlos.

¿Es partidario de que los políticos se vacunen por delante?

Radicalmente no. No me vacunaré hasta que no me toque por estricto orden. La figura de alcalde no puede darte ni un solo privilegio para vacunarte. Todos aquellos alcaldes que se han vacunado, me da igual el partido al que pertenezcan, tienen que dimitir.

¿Y el Rey, el presidente del Gobierno, los ministros o el Jemad? Su compañero de partido, el alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida, no lo vería mal…

No. Antes que el cargo está la ejemplaridad. Y en este momento es más importante ser ejemplar que pensar que eres insustituible. No hay personas insustituibles, o muy pocas, en España.

Se habla con bastante frecuencia de su futuro en Madrid, de que su protagonismo por esa presencia mediática le acerca allí. ¿Está su futuro fuera de Zaragoza?

Solo estoy centrado en la Alcaldía de Zaragoza. No pienso en nada que tenga que ver ni con la política regional ni con la nacional.

¿Y piensa volver a presentarse a alcalde dentro de dos años?

Si mi partido confía en mí, espero volver a repetir en la Alcaldía de Zaragoza sin género de dudas. Para mí ser alcalde de Zaragoza es importantísimo, no va a haber ningún otro cargo que me produzca el orgullo de esta alcaldía.

El PP ha iniciado un serie de congresos para renovarse provincial y autonómicamente. ¿Va a participar o se va a poner de lado?

Formo parte del partido y no me puedo poner de lado. La misma tranquilidad que han tenido los procesos de renovación provinciales tiene que tener el congreso regional. Creo que Luis María Beamonte tiene que decidir si quiere seguir presidiendo el partido. Si decide seguir, tendrá mi voto.

Se ha puesto de ejemplo la sintonía en Aragón, donde la mayoría de partidos han ido a una. También el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón, de signo distinto pero con buena relación entre usted y el presidente…

Eso no depende de Aragón, depende de las personas. También hemos vivido un enfrentamiento absoluto entre el alcalde de Zaragoza y el presidente de Aragón recientemente. El anterior alcalde y el presidente llegaron a insultarse. Creo que las instituciones están por delante y nuestra obligación es colaborar, lo cual no quiere decir que no vaya a expresar lo que a mí no me guste del Gobierno de Aragón.

La buena relación entre usted y Lambán es notoria, pero la bilateral no se ha reunido en todo el año…

Nos reunimos para la bilateral justo antes de estallar la pandemia, el 4 de marzo. Ahora las prioridades han cambiado. Espero que pronto retomemos muchos temas que se han quedado pendientes, fundamentalmente los acuerdos económicos que están firmados y que el Gobierno de Aragón tiene que cumplir con la ciudad.

¿Considera que el Gobierno de Aragón trata bien a Zaragoza?

Hemos llegado a acuerdos en los que tenemos que seguir mejorando. La Ley de Capitalidad que aprobó el PSOE estipula que este año debería haber una partida de 18 millones, pero los presupuestos de la comunidad no contemplan esa cantidad. Confío en que a lo largo del ejercicio cumplan con lo que nos han ofrecido y no los 16 millones que han presupuestado aproximadamente. He hablado con Lambán y confío en que se pueda modificar y nos llegue lo acordado.

Su reclamación como alcalde es histórica, todos sus antecesores se han quejado por la financiación municipal...

Si se mira lo que cada presupuesto autonómico destina a sus grandes ciudades, salimos muy mal parados. Las Palmas recibe 125 euros por habitante, Málaga 97, Valladolid 57, Barcelona 54 y Zaragoza 46. Son datos actuales. La financiación del Estado y las comunidades hacia las ciudades es muy mejorable. Lo que estamos pidiendo muchos alcaldes es que los fondos europeos tengan una cantidad establecida directamente para ellas. Y no solo que la tengamos directamente destinada, sino que directamente a pedir fondos sin pasar por otra administración. Lo pediré la próxima semana en el comité europeo de las regiones. Somos las ciudades las que mayor capacidad de transformación tenemos en el destino de esos fondos. ¿Quién es el mayor responsable de las emisiones de CO2 a la atmósfera, por ejemplo? ¿Quién tiene los proyectos de agenda urbana, de movilidad o de rehabilitación de vivienda? Lo vamos a pedir no por una cuestión de egoísmo sino de eficiencia. H