El año del coronavirus no ha sido malo en cuanto a siniestralidad laboral en Aragón, pero el balance está condicionado en gran medida a la menor actividad económica, las restricciones sanitarias y el auge del teletrabajo. El número de víctimas mortales en accidentes de trabajo se ha reducido de forma importante, lo que ha dado la vuelta la tendencia al alza que se venía dando hasta que estalló la crisis sanitaria. Un total de 20 personas perdieron la vida en su puesto de trabajo, según datos oficial de la Dirección General de Trabajo de la DGA. Dicha cifra es un 23% inferior a la registrada en el ejercicio anterior, cuando hubo que lamentar 26 muertes.

Sin embargo, sí ha crecido la mortalidad 'in itinere' (de camino o de vuelta del trabajo), con siete fallecidos frente a los tres del 2019. Esto hace que el cómputo global de decesos vinculados al ámbito laboral solo baje en tres víctimas menos, de 30 a 27 (un 10% menos).

Un total de 15.480 trabajadores aragoneses sufrieron un accidente con baja dentro de su jornada laboral en el 2020, es decir, a una media de 42 por día. Supone más de 1.000 casos menos y una caída del 6,5% respecto al año anterior (16.556), una de las cifras más bajas de los últimos años.

No obstante, el descenso real es menor si se tiene en cuenta que también retrocedió el número de afiliados, que al cierre del ejercicio era de 551.657, un 1,9% menos. Así, el índice de siniestralidad, que relaciona el número de accidentes y la cantidad de empleados expuestos al riesgo, bajó un 4,66%, del 29,43 al 28,06.

Accidente graves y leves

Por el grado de alcance de los accidentes, hubo 82 de carácter grave, un 25,7% menos que en el 2019, cuando se contabilizaron 109 de este tipo; mientas que los leves descendieron un 6,35%, hasta 15.378 casos.

Los siniestros en los desplazamiento de ida y vuelta al puesto de trabajo bajaron igualmente con fuerza globalmente, con una caída del 25,4% —de 2.178 a 1.625— pero aumentaron los graves —de 16 a 21— y los mortales, como se ha indicado antes.

El descenso también afecta a las enfermedades profesionales, que sufrieron un desplome sin precedentes, con 350 casos declarados, casi la mitad (un 45% menos) que en el 20199 (641)

El problema de la ‘tecnodependencia’

A pesar del descenso de la siniestralidad laboral, los sindicatos no están conformes. «Es una buena noticia, pero insuficiente. La mortalidad baja muy poco en relación a la parálisis de la actividad que se ha producido y los escenarios de confinamiento que hemos vivido. Es un descenso relativo y escaso», asegura José de las Morenas, secretario de Política Sindical e Industrial de UGT Aragón. Recuerda además que las muertes 'in itinere' incluso se han incremento, por lo que consideró que «conviene prestar especial atención a esa movilidad en el trabajo».

El sindicalista cree que no vale conformarse con estos datos y pide estar «vigilantes» ante lo que pueda suceder a partir de ahora teniendo en cuenta la experiencia de otros periodos de recuperación tras una crisis. «En el momento que se acelere la actividad, hay que reforzar el control e incrementar las medidas preventivas para que no vuelvan a dispararse los accidentes laborales como ha pasada otros veces», advierte.

El también coordinador de Salud Laboral de UGT a nivel nacional reclama poner el foco en un elemento «clave» como los riesgos psicosociales asociados a la pandemia. «Ya estamos detectando cuadros de estrés, depresión y tecnodependencia vinculadas a la suma del teletrabajo y la utilización permanente de medios y recursos tecnológicos», señala. En este sentido, aboga buscar soluciones de desconexión y «espacios sociales con las debidas garantías» para hacer frente a los problemas de «intoxicación digital y hiperconectividad».