Los deportistas que llegan a la élite llevan a sus espaldas un gran trabajo y esfuerzo desde sus primeros años. Esto conlleva tener que compaginar la actividad física con los estudios, que cada vez se van complicando, poco a poco. Muchos, a pesar de que entre estas dos ocupaciones queda poco tiempo para los pasatiempos, deciden dar el máximo en sus dos facetas. Estudios y competición. Con un objetivo: poder llegar lo más lejos en lo que se les ponga por delante. 

Algo así le pasa a Teresa Santolaria, que está terminando el primer curso del Grado en Medicina, en Huesca, y, a la vez, practica atletismo: salto de altura, de longitud y velocidad. La aragonesa ha recibido una mención honorífica del Consejo Superior de Deportes en los Premios Nacionales del Deporte en Edad Escolar por su buen rendimiento académico y deportivo. «Es por las buenas notas y los buenos resultados deportivos», puntualiza la joven. Y añade que es «una recompensa al esfuerzo» y, también, para ella «muchísima motivación para seguir adelante».

Sin embargo, ella no considera que el deporte le quite tiempo de estudio, ni que practicarlo vaya a influir negativamente en sus notas. De hecho, se lo toma como «un modo de desconexión y de disfrutar» que además le ha llevado a conseguir este año el primer puesto en el Campeonato de España de Clubs sub-20 en la prueba de altura y en los 4x100 metros en relevos, en Albacete el pasado mayo. Ahora, sin embargo, está centrada en los exámenes.

«Entrenar me sirve para organizarme», explica Santolaria, que además asegura que si tiene la tarde libre para estudiar le «cunde menos que cuando tenía entreno». Lo que le pasaba cuando le queda alguna de estas tardes es que está «tan libre que se pierde mucho el tiempo». La aragonesa considera que el deporte le ha «ayudado a ser constante». «Hacer deporte hace que tenga que organizarme y ser más eficaz en el tiempo de estudio», afirma una alumna y atleta brillante que, sin embargo, ahora se ha topado con otra dificultad más. Los horarios de la carrera no son tan estables como los del instituto, lo que hace algo más difícil compaginarlos con sus entrenamientos. 

Un punto a favor es que no ha tenido que salir de su ciudad natal. «Ahora mismo estoy muy a gusto en Huesca con mis entrenadores», explica la pupila de Gustavo Adolfo Bécquer, olímpico en salto de altura, y Daniel Durán y añade que será en tercero cuando tenga que irse a Zaragoza para las clases. «No sé lo que haré» asegura la altoaragonesa, que baraja las posibilidades de «entrenar a distancia o buscar otro entrenador».

A pesar de que se le puedan poner obstáculos por delante, ella no va a dejar el deporte. «No me planteo dejar de competir», explica y razona que ella entrena «para ver reflejado el esfuerzo en las competiciones». «Me gusta mucho lo que se siente al competir, los nervios, y soy muy competitiva», asevera la atleta. 

Ahora, como ella misma apunta, «a corto plazo» su principal objetivo es «aprobar todos los exámenes finales de Medicina». «Este mes me ha costado más meter horas en los entrenamientos», apostilla, pero aún así puntualiza que cuando está «saturada», le va bien ejercitarse. «En esos momentos me voy a entrenar, cuando vuelvo estoy como nueva», concluye Santolaria.