Mujer y deporte

Clara Aznar, locura por un tubo

A sus 16 años, la zaragozana ha hecho historia al ser la primera medallista española en skeleton, al que se dedica desde hace solo unos meses

Clara Aznar sujeta su casco en una céntrica calle zaragozana.

Clara Aznar sujeta su casco en una céntrica calle zaragozana. / ANGEL DE CASTRO

Jorge Oto

Jorge Oto

Hace apenas unas semanas, Clara Aznar hizo historia al convertirse, con solo 16 años, en la primera española en colgarse una medalla en una competición internacional de skeleton. Lo hizo en Lake Placid (Estados Unidos), donde logró un bronce con sabor a oro en las Youth Series, competición que da acceso a los Youth Olympic Games 2024, la gran cita.

Y eso que la aragonesa apenas lleva unos meses dedicada a un deporte al que llegó en octubre del año pasado procedente del patinaje y de la mano del gran campeón Ander Mirambell, primer olímpico español en este deporte y ahora ya retirado. «Ander decía adiós y la federación quería seguir teniendo pilotos. Había otros interesados, pero buscaban más gente. Vi el anuncio y me llamó la atención, así que, aunque el requisito era tener de 16 a 25 años y yo aún tenía 15, envié el currículo y me dejaron participar», relata Clara.

Su vida cambió por completo. Primero fueron unas pruebas físicas en Madrid a base de saltos, esprint y fuerza. «Aquí no tenemos pista de hielo para tirarnos por el tubo», lamenta la zaragozana, que también tuvo que superar pruebas psicológicas en la localidad barcelonesa de Calella. «Entre ellas había una en la que tenía que ir con los ojos tapados hasta que te quitaban la venda y tenías que hacer puenting». Y Clara no dudó. «Bueno, pues me tiro», dijo sin pensar. «Es que este deporte te exige decisión, determinación y no tener miedo, siempre respeto», apunta Clara, que poco después se proclamaría campeona de España en Letonia. «Recuerdo que mi primera bajada fue un desastre y no alcancé los 70 kilómetros por hora, pero después fue mejor».

Los entrenamientos, ante la imposibilidad de contar con una pista homologada, se basan en ejercicios de fuerza en el gimnasio y en kilómetros en la pista de atletismo. «El 30% de la bajada es la salida, el esprint, que es muy importante. De ahí la relevancia de entrenar. Ahora se ha acabado ya la temporada de invierno, así que en pretemporada volveré al gimnasio y demás».

«Recuerdo que mi primera bajada fue un desastre y no alcancé los 70 kilómetros por hora, pero después fue mejor»

Mientras, Clara cursa 4º de ESO en el instituto Goya de la capital aragonesa, aunque la falta de instalaciones en Zaragoza le obliga a realizar continuos viajes y a adaptar su formación académica. «Después de haber cursado los dos primeros trimestres matriculada en un centro a distancia y online, volví al instituto hace unas semanas para cursar aquí el tercer trimestre. Y supongo que en Bachillerato será igual», explica.

Es el peaje a pagar por entregarse en cuerpo y alma a un deporte «completamente distinto a todos los que había probado». Porque el skeleton escapa de la rutina. «Esto no es como el atletismo, en el que el entrenamiento es siempre igual. Aquí, cada bajada es diferente y hay que estar siempre alerta, los golpes a veces son muy duros pero tienes que recuperarte bien porque enseguida viene la siguiente curva y no te puedes bajar». 

«Cada bajada es diferente y hay que estar siempre alerta, los golpes a veces son muy duros pero tienes que recuperarte bien porque enseguida viene la siguiente curva y no te puedes bajar»

Es lo que tiene recorrer en apenas un minuto un recorrido que se tarda unos 40 en estudiar y reconocer andando con las pertinentes zapatillas de pinchos para gestionar el hielo. «Todo se comprime mucho. Siempre digo que lo más difícil es esa toma de decisiones en segundos». Y, claro, la delicada empresa obliga a gestionar el miedo. «Hay que tener ese punto de locura para tirarte porque si estás muy cuerdo no lo haces. Vas a mucha velocidad y se impone tener el control», subraya,

Y Clara lo tiene. Por eso se ha convertido en la gran promesa aragonesa en este deporte después de apenas unos meses de preparación. El sueño está claro. «A corto plazo, los Juegos Olímpicos de la Juventud en enero, pero, como todo deportista, a largo plazo sueño con los Juegos Olímpicos. Me encantaría disfrutar de esa experiencia».