MUJER Y DEPORTE

Estela Royo: el baloncesto como experiencia de vida

La zaragozana se formó en Maristas, estuvo nueve años en el Mann Filter siendo la capitana en muchos de ellos y después comenzó un viaje que le ha llevado por cuatro continentes

Estela Royo.

Estela Royo. / SERVICIO ESPECIAL

Zaragoza

En los últimos diez años, Estela Royo ha vivido en cuatro continentes diferentes. «He vivido en sitios que jamás pensé que podría vivir gracias al deporte», explica uno de los grandes nombres del baloncesto aragonés. Porque Estela Royo, formada en Maristas, fue uno de los pilares del Mann Filter que competía en Liga Femenina, que jugó dos Copas de la Reina y que disputaba la Eurocup, y después ha vivido, jugado y aprendido en Inglaterra, Australia, Croacia, Argentina, Italia y Japón. 

Todo comenzó en Zaragoza, en casa, en el patio de Maristas, hasta que en cadetes se incorporó al Mann Filter. «En Zaragoza viví de todo, momentos boyantes de auténticos equipazos, esa etapa fuerte con Luis Estiragués de presidente, con Tornikidou, Marina Ferragut, Sandra Gallego, Deanna Nolan… jugadoras que han sido WNBA, súper potentes. También momentos más difíciles económicamente que el equipo tuvo que pelear pero lo sacó adelante y de capitana estuve por lo menos cinco o seis años. También momentos duros porque el final del equipo no se lo recomiendo a nadie», resume Estela Royo. 

Cuando desapareció el Mann Filter estuvo un año en el Stadium Casablanca, en LF-2, se lesionó la rodilla y entonces decidió dar el paso. «Siempre he sido un culo inquieto y el baloncesto no era mi único foco. Entonces pensé que era un buen momento porque siempre había querido mejorar mi inglés», explica. Con el Sheffield lo ganó todo y después sus viajes han estado muy ligados a la carrera de Pablo Aguilar. Con él se fue a Gran Canaria, a Tenerife, a Granada... pero también ha tenido otras experiencias. «Australia fue el viaje de nuestra vida», recuerda, porque lo hizo junto a su hermana Bea, porque pudo viajar por toda la isla y también por el sur de Asia. Estuvo en Santiago del Estero junto a Gisela Vega. «Argentina ya empezaba a no tener una economía muy boyante, pero el club nos trataba muy bien y fue una gran experiencia», recuerda.

Japón ha sido la última parada. Allí no pudo jugar profesionalmente "porque solo pueden competir las jugadoras que se han formado aquí en alguna universidad japonesa, aunque sean extranjeras. Así que no pudo ser", explica, aunque sí entrenó con un equipo amateur. "Japón es un país maravilloso que te atrapa porque es muy fácil venir, al menos tal y como venimos nosotros que el equipo se ocupa de todo, es súper seguro, la comida es fantástica y con la gente hemos tenido experiencias maravillosas", indica.

Pero Estela no solo destaca las experiencias vitales, sino también su desarrollo como jugadora. «Cambió mucho mi rol conforme iba cambiando de equipo y es una de las cosas de las que también estoy muy orgullosa porque creo que evolucioné mucho. En Zaragoza o en la selección tenía un rol muy defensivo, en Gran Canaria ya cambió, en Inglaterra fui mucho más ofensiva, en Gran Canaria terminé jugando de base», rememora. 

Ahora pasa algún tiempo en Japón, donde continúa jugando su pareja, Pablo Aguilar, pero trabaja en su propio despacho de abogados en Zaragoza, en el que se ha especializado en derecho bancario. Estudió ADE en Zaragoza, luego siguió con Derecho, en Gran Canaria el club le pagó con estudios e hizo el máster de acceso a la abogacía, conoció a Carolina García y empezó a trabajar con ella hasta que montaron su propio despacho. «Muchas veces me preguntan por qué me gusta el derecho, una porque sigues compitiendo y otra porque puedes hacer que las cosas sean justas. Me reconforta que lo que hago ayuda a la gente, pero es duro», señala. 

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