Martina Terrén. El esquí como claro destino

Hija de un entrenador de esquí y de una esquiadora profesional y nacida en Villanúa, con Martina Terrén había un sendero marcado que ella ha recorrido con paso firme desde los 4 años para ser ahora campeona de España U18 en eslalon y gigante y ya dentro del programa de la Federación. «Es prácticamente mi vida, a lo que me dedico al 100% y por lo que implica en esfuerzo y sacrificios», dice

Martina Terrén posa con sus esquís en la localidad noruega de Geilo antes de una competición.

Martina Terrén posa con sus esquís en la localidad noruega de Geilo antes de una competición. / SERVICIO ESPECIAL

Santiago Valero

Santiago Valero

Viviendo en Villanúa, en pleno Pirineo aragonés, con una madre que fue esquiadora profesional al más alto nivel (Lucila) y un padre entrenador del equipo nacional (Luis), el destino de Martina Terrén solo podía estar en ese deporte, que empezó a practicar con cuatro años y que ahora, a los 18, le ha llevado ya a ser una de las más firmes promesas españolas, recién llegada de los Juegos Mundiales Universitarios de Turín. 

«Es prácticamente mi vida, a lo que me dedico al 100% y por todo lo que implica, por muchas cosas, por las horas y el esfuerzo que lleva detrás, ya que son muchos los sacrificios, aunque merece la pena», asegura Martina desde Pozza di Fassa, la localidad italiana en los Dolomitas en la que pasa la mayor parte del invierno dentro del programa de la Federación Española. 

«Mi madre ha sido una inspiración, claro, no podía ser de otra manera», añade, porque fueron sus padres, que dirigen el Candanchú Esquí Club, los que la apuntaron y allí empezó todo, además de que en el propio colegio de Villanúa había salidas semanales a esquiar. «Todo hizo que este deporte me empezara a gustar mucho», explica, aunque el paso decisivo llegó a los ocho años, cuando «me inscribieron al programa de competición, ahí me empecé a apasionar».

"Mi meta a corto plazo es entrar en el equipo nacional de forma completa, porque estoy ahora en el programa de seguimiento, al margen de mejorar los resultados en el Nacional y en el ranking FIS"

Martina ya alcanzó el bronce en el Nacional absoluto en gigante y fue campeona en esa modalidad y en eslalon en sub-18 en los campeonatos del año pasado en Candanchú y Formigal. La vista está puesta ahora en los de abril en Sierra Nevada. «Mi meta a corto plazo es entrar en el equipo nacional de forma completa, porque estoy ahora en el programa de seguimiento, al margen de mejorar los resultados en el Nacional y en el ranking FIS», afirma, antes de aclarar sus preferencias: «Hago eslalon y gigante, velocidad muy poco. Lo que mejor se me da es el eslalon y es lo que más me gusta».

El techo de unos Juegos

Con seis días de entrenamiento a la semana, entre el esquí y el trabajo físico, con viajes, lo que le obliga a compaginar sus estudios de Relaciones Internacionales en la Universitat Oberta de Catalunya, «aunque me permiten hacerlo a distancia, on line», el esfuerzo para abrirse paso en este deporte es más que importante, con la meta subrayada: «Me encantaría dedicarme profesionalmente, mi sueño es el de cualquier deportista, un Mundial, unos Juegos…».

Esa es la palabra mágica, porque «son el techo, claro. En España, que no hay tanta tradición como en otros sitios, solo ya ir a unos es un sueño, pero lo veo de una forma realista. Si todo va bien, creo que será posible, porque hay una parte positiva de que la competencia no es tan elevada aquí como si fuera el fútbol, aunque haya menos plazas», revela, mientras acaba de llegar de los universitarios en Turín. «Fue un paso más en mi carrera, que te seleccionen es un orgullo porque representas a España, en esquí alpino estábamos solo ocho y no es fácil ir. La experiencia, por la convivencia con muchos otros deportistas, supone un gran aprendizaje», sentencia la joven oscense, predestinada al esquí y con la única idea de llegar muy lejos... Al menos hasta los Juegos. 

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