Mundial 2022

Messi ya es infinito

El '10' completa su palmarés, ya impecable, y se sitúa a la altura de Maradona en el código emocional de los argentinos

Lionel Messi, tras conquistar el Mundial

Lionel Messi, tras conquistar el Mundial / DPA

Javier Giraldo

Javier Giraldo

El estadio de Lusail fue la cumbre del Everest: Leo Messi la pisó con todos los honores, portando la bandera de su país y seguido por una legión de jugadores y aficionados que le acompañarían al fin del mundo.

El ‘10’ culminó la obra de su vida en la mejor final de todos los tiempos. Imposible olvidar un partido así: Messi cerró un círculo vital con el título que tantos años llevaba esperando y que devuelve a Argentina al primer escalón del fútbol mundial, 36 años después de que Maradona tocase el cielo en el estadio Azteca de México. 

Algo en el ambiente apuntaba ya antes del partido a una victoria argentina, con Messi conquistando por fin la misma cumbre que Maradona en 1986. En un día para la historia, una generación de aficionados asistió a un triunfo memorable. 

El triunfo de una generación

El estadio de Lusail ya forma parte del relato particular de una generación, la que no vio a Maradona ni a Cruyff ni a Pelé pero disfruta de Messi. También fue el triunfo de ese fútbol, el del siglo XXI, el contemporáneo. Ya no será necesario agarrarse únicamente a los mitos del pasado.

Una pasión incomparable

El fútbol argentino, que vivió este torneo con una pasión inigualable desde el primer día, cerró su propio círculo. Nadie le puso más pasión al torneo. Argentina fue el campeón moral en las gradas desde el partido inaugural y el campeón real en el césped.

FIFA World Cup Final Qatar 2022 - Fans in Buenos Aires

Seguidores de la albiceleste en Buenos Aires / MARTIN VILLAR

Nunca faltó un cántico, una bandera, una bufanda, un grito de aliento. De una manera difícil de explicar desde lo racional, la Albiceleste sedujo desde el primer día a los aficionados neutrales, que se subieron sin dudar al carro de Messi y sus muchachos.

Por encima de todos sus compañeros y rivales, se elevó la figura de Messi. Acompañado por toda su familia desde el primer día del Mundial, se había puesto manos a la obra para conquistar su Mundial desde el primer día. Desde que debutó con la Albiceleste, en realidad, en un ya lejano 2005, siempre repitió Messi que su gran sueño era coronarse campeón del mundo con Argentina. 

Messi celebrando la victoria.

Messi celebrando la victoria

Lo había tenido cerca en 2014, pero perdió la final ante Alemania. El destino le brindó una nueva oportunidad, ocho años después, y no la desaprovechó.

El Mundial de Leo

Qatar será el Mundial de Messi: no solo porque marcó en octavos, cuartos, semifinales y final (por partida doble), sino porque emitió siempre la sensación de ser el líder que necesitaba su país para reencontrarse con la gloria.

Lo hizo de forma natural, sin ruido ni estridencia, guiando a sus compañeros tras un inicio frustrante, la derrota ante Arabia: supo mantener la calma cuando tocaba y supo pisar el acelerador emocional cuando la situación lo exigía

A sus 35 años, Leo tocó el cielo en Lusail. Completó su palmarés, ya impecable a todos los efectos. Cerró los debates: ya nadie podrá argumentar que Maradona era mejor porque había ganado un Mundial. En el corazón de los argentinos, Messi ya está a la altura de Diego Armando Maradona. En la historia del fútbol, Messi ya vive en el Olimpo, como campeón del mundo de pleno derecho. 

FIFA World Cup Qatar 2022 - Final - Argentina v France

FIFA World Cup Qatar 2022 - Final - Argentina v France / HANNAH MCKAY

La victoria de Argentina tuvo de todo: superioridad inicial, sufrimiento ante un rival descomunal llamado Kylian Mbappé y el punto de épica que siempre acompaña a las tandas de penalti. Messi transformó su lanzamiento para firmar un colofón irreprochable a su torneo. 

El rival más digno

Mbappé, autor de un hat-trick en la final, fue el contrapunto perfecto porque dignificó la derrota de su país y alimentó la epopeya argentina. Ante un rival de tal magnitud, la victoria de Messi tuvo aún más valor. Argentina sufrió hasta lo indecible ante una extraordinaria generación de jugadores franceses, a los que no les quedó más remedio que aplaudir a Messi. 

Era el día del ‘10’ y nada podía estropearlo. Argentina vuelve a ser campeona: Messi ya es (como mínimo), Maradona.