El Ansu Fati que debutó con la selección española en septiembre de 2020 y se convirtió en el goleador más joven de la Roja sería ahora mismo uno de los más firmes candidatos a conquistar el Balón de Oro del Mundial. Han pasado muchas cosas desde entonces, pero si alguien nunca le ha perdido la fe al delantero originario de Guinea-Bisáu, éste es Luis Enrique. El asturiano lo incluyó en la convocatoria para el Mundial de Qatar en una decisión meditada y que no resolvió hasta la víspera. Si se lo ha llevado es porque sabe que esta selección no va sobrada de gol ni de talento arriba y que Ansu tiene estrella. Confía en que vuelva por sus fueros.

El seleccionador español ha tenido realmente paciencia con Ansu Fati. Nunca le ha dejado de lado. Siguió muy de cerca el proceso de recuperación de su larga y desesperante lesión y se lo llevó a los cuatro primeros partidos de la liguilla de Nations -que fueron seguidos-, pese a que no tuvo minutos. Pero quiso que hiciera piña, que no perdiera la convivencia con el grupo. Y es que Luis Enrique sabe de lo que es capaz el canterano azulgrana si está en forma y con plena confianza. Le encandiló cuando le hizo debutar con la selección, cuando le puso sobre el césped del Stuttgart Arena y cambió el rumbo del partido, generó varias ocasiones y marcó un gol que fue anulado. Sensaciones que se incrementaron tres días después frente a Ucrania. Provocó un penalti y estrenó su cuenta realizadora con un recorte y derechazo estratosférico desde la frontal del área. 

Brotes verdes

"Diferente y especial". Así considera Lucho a Ansu y así lo ha manifestado en más de una ocasión. Valora no solo sus cualidades futbolísticas, sino también humanas -los más veteranos, Busi y Alba, le miman como si fuera su hermano pequeño- y como es un seleccionador valiente que no mira ni está pendiente del qué dirán, el asturiano se ha acabado decantando por el azulgrana para la cita mundialista cuando muchos le reclamaban a Borja Iglesias, Gerard Moreno, o incluso, a Iago Aspas.

El desgarro de menisco, con operaciones, recaídas, problemas musculares, y sobre todo, un lógico temor a volver a caer minaron la confianza del delantero, un crack pero, al fin y al cabo, humano. Nadie mejor que Luis Enrique para dar con la tecla que encienda el 'renacer'' definitivo de Ansu, que ya en los últimos partidos con el Barça mostró brotes verdes en su juego. Lo dejó patente, por ejemplo, en la visita del Villarreal al Camp Nou, con gol de tacón incluido. 

Cada vez ha ido disponiendo Ansu de más minutos en su equipo -en total, 700 repartidos en veinte partidos, todos los que ha jugado el Barça- y ha ido a más con tres goles y tres asistencias, pese a que en alguna ocasión se ha desesperado por no salirle las cosas. Reacción de autoexigencia y responsabilidad pese a tener solo 20 años, valores que Luis Enrique sabe apreciar.

El canterano azulgrana llega al Mundial quizás con más incógnitas que el resto, y aun así, es el delantero más decisivo de la selección. Y Luis Enrique lo sabe. Rebosa talento y tiene gol. Pese a todo, 22 suma como azulgrana.  

Con Morata entre algodones y su participación en el debut muy dudosa, con Olmo salido de una lesión y con compañeros de ataque que no son ni titulares fijos en sus equipos (Sarabia, Yéremi...) Ansu es la esperanza. ¿Por qué no volver a ver su mejor versión? Lucho está convencido. Es su apuesta más firme y personal.