El consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro, se ha mostrado hoy pesimista sobre el futuro de la Travesía Central Europea entre las redes básicas europeas, pero no "derrotista". En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Bermúdez de Castro ha admitido que el Ejecutivo aragonés está "seriamente preocupado", pero seguirá haciendo "fuerza" para que la Unión Europea incluya el eje ferroviario 16 (Algeciras/Sines-Madrid-Zaragoza-París por el Pirineo central) en la red básica y no en la global.

Ha recordado que la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y él participarán la semana próxima en el Comité de las Regiones y mantendrán una serie de contactos para insistir en la defensa de la TCP y que el Ejecutivo espera que se concreten reuniones con el comisario de Transportes de la UE, Siim Kallas, y con el presidente de la Comisión, Manuel Durao Barroso. El Ejecutivo aragonés, ha asegurado, se está "moviendo" para que se puedan producir esas entrevistas, pero en su opinión se ha perdido "una oportunidad de hacer un lobby importante" mientras representantes de otras zonas "se han movido con mucha intensidad" y "ciertos" miembros del Gobierno central "no han hecho lo suficiente".

Además, ha manifestado la habitual "poca fe" que tiene en el ministro de Fomento, José Blanco, aunque espera que en la reunión que mantiene hoy con Siim Kallas "transmita con toda la fuerza posible la importancia de la TCP". En su opinión, si la unión de todos los agentes sociales, económicos y políticos hubiera sido "mucho más intensa" se podría haber hecho antes "mucha más fuerza", pero "no se hicieron los esfuerzos suficientes" para que la importancia de esta obra se entienda fuera de Aragón.

"Ahí es donde hemos perdido el tiempo", ha afirmado Bermúdez de Castro, quien ha lamentado que los medios de comunicación de ámbito nacional no dieran "una línea" sobre el foro con más de 300 empresarios en el que Rudi expuso la importancia de la TCP en Madrid el pasado martes pero acudan a hacer la foto cuando quienes defienden el Corredor Mediterráneo "tocan palmas en la puerta del Ministerio". "El lobby aragonés está un poco bajo", ha admitido el consejero aragonés de Presidencia.