Hay un grupo de individuos en Andalucía -un total de 69, para ser más precisos—que ha conseguido unas mejoras laborales que son tan justas, que para sí las quisieran otros muchos trabajadores. Y sin comité de empresa. Sin protestas y sin huelgas. Solo aplicando el sentido común y la legislación vigente.

Han sido organizados en dos turnos. Los que trabajan por la mañana y los que lo hacen por la tarde, sin posibilidad alguna de alargar jornada. La noche, aunque puede tener un punto romántico para los clientes, será para descansar. Como manda el raciocinio. Su trabajo se desarrolla en la calle -esto es un plus de penosidad, cierto-- pero sus empleadores han de vigilar, primero que tengan una edad mínima, y segundo que no carguen con más de 80 kilos. El pesaje se hará un poco a ojo, de momento, aunque ya tienen previsto un protocolo para afinar esta cuestión.

La patronal del sector parece que no ha planteado problemas para cumplir con el nuevo estatuto laboral de este colectivo. Ni han puesto pegas a las multas de 3.000 euros que les serán aplicadas si vulneran la nueva norma.

El caso, que de momento no ha tenido mucho eco periodístico, tiene un origen muy curioso. Y es que fueron los clientes de estos trabajadores los que más se interesaron por que sus condiciones laborales fueran las correctas, para que los empleadores no incurrieran en maltrato.

Los trabajadores son, en concreto, los 69 burros que operan en el municipio malagueño de Mijas, los famosos burro-taxi. Unos équidos que se ocupan de dar paseos a turistas durante todo el año, con especial sobrecarga en verano. Periodo en el que, por cierto, entre las 14.00 y las 17.00 horas no tendrán permitido circular para evitar sobreexposiciones al sol y golpes de calor.

¿Imaginan que nos interesáramos por saber en qué condiciones se fabrican nuestras camisetas en Bangladesh? o ¿cómo se recoge en las plantaciones de Colombia el café que luego consumimos? o ¿qué edad tienen los trabajadores de las minas de coltán antes de adquirir un móvil o un ordenador?

Seguro que hay muchos trabajadores pensando que vaya suerte tienen estos burros de Mijas, mientras le dan vueltas a ese logro de 1919 que establecía ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho de sueño y que aún no han conseguido disfrutar.