Casi la mitad de los incendios que se han detectado (y apagado) en Aragón en lo que va de año están provocados por accidentes o negligencias, sobre todo relacionadas con las labores agrícolas. La situación se complica en etapas como la actual, en la que se atraviesa una ola de calor que puede complicar la extinción de los conatos derivados del uso de la maquinaria. Según los datos del Gobierno de Aragón las negligencias (en su mayoría relacionadas con la quema de rastrojos) han estado detrás del 26,3% de los focos en los que han tenido que intervenir.

En todo caso, los sindicatos agrarios destacan que los agricultores cumplen las recomendaciones de consultar en primer lugar el Nivel de alerta de peligro de incendios forestales que se actualiza diariamente a la hora de planificar sus tareas. Además, destacan que han calado consejos para incrementar la seguridad como crear cortafuegos en sus labores o trabajar en sentido de avance contra el viento. Además, indican que desde hace bastante tiempo las cosechadoras o los tractores de apoyo van equipados con mochilas extintoras y pala batefuegos.

Más allá de estas jornadas de calor extremo, el riesgo de incendio varía en función de la localización de las parcelas de cultivo, y no es lo mismo estar cosechando cereal en una zona de regadío, donde además de cereal hay otros cultivos (forrajes) que pueden hacer de cortafuegos, que realizar labores con maquinaria en una zona de secanos áridos próximos a zona de monte. Otro factor a tener en cuenta es el horario, según han precisado desde UAGA, que apela a la responsabilidad de los agricultores para que eviten las horas centrales del día, principalmente en las jornadas de alerta roja.

La organización agraria recuerda que los agricultores «son los primeros interesados en poder cosechar con todas las garantías para no echar a perder su producción, o lo que es lo mismo, su principal fuente de ingresos». Según datos de la compañía aseguradora Mapfre, en la barra de corte, una cuchilla que trabaja en condiciones de fricción puede alcanzar temperaturas superiores a 400 °C en 10-15 minutos de funcionamiento.

El incendio más importantes de los registrados en lo que va de año se produjo el pasado 15 de julio en Sádaba y arrasó con casi un centenar de hectáreas de cultivos y pino por la avería de una cosechadora. Esa misma jornada ardían otras 50 hectáreas en María de Huerva por causas similares. Cinco días antes las llamas ya habían consumido unas 35 hectáreas de cereal sin cosechar en el término municipal de Almudévar.

Desde las entidades agrarias indican que se está avanzando mucho en la prevención. Además, UAGA manifiesta que aproximadamente el 80% de los incendios son apagados por los agricultores antes de que los bomberos lleguen al lugar donde se ha producido el fuego por «conocer el terreno mejor que nadie» y por tener los medios adecuados para ello.