La borrasca Filomena no iba a ser la única en poner en peligro a los campos de cultivo aragoneses. En los últimos días, protagonistas inesperados como son los conejos, están aprovechando los montones de nieve provocados por el temporal para auparse hasta los troncos de los árboles y dañarlos, a pesar de las protecciones, según denuncian desde la Asociación de Empresarios Agrícolas de la Margen Derecha del Ebro (Aeamde).

Apenas dos días han bastado para que cientos de árboles hayan visto sus cortezas raídas. Muchos de ellos morirán sin remedio y algunos podrán salvarse si el daño no ha llegado a rodear por completo al árbol. «Los árboles en los que los conejos han conseguido dar la vuelta completa al tronco morirán sin remedio, ya que la corteza tiene una parte interna, denominada floema, que es la encargada de actuar como línea de suministro de savia», según explica el gerente de la asociación, ca Agustín Sánchez. Este añade que estos mamíferos suelen atacar a los «árboles más jóvenes, de plantación reciente», aunque afirma que ninguno se escapa de la quema. Asimismo, el gerente de Aeamde expresa que les ha sido imposible registrar el número total de árboles afectados porque les han llegado «reportes de diferentes agricultores y a título individual».

Reconocimiento de daños

El Gobierno de Aragón aprobó recientemente una partida presupuestaria de ayuda a los afectados por la borrasca Filomena, así como el Gobierno central reconoció como zona catastrófica a la comunidad, por el cual los agricultores y municipios cuyos cultivos e infraestructuras fueron dañadas recibirán una prestación económica. Pero después de sufrir estos daños «inesperados», los productores exigen que tengan también un «hueco» en estas ayudas del Ejecutivo aragonés.

«Estamos en contacto con sindicatos agrarios y con otras plataformas para hacerles llegar, por lo menos, la situación, ya que ahora están valorando ese supuesto decreto para ayudas por los daños de este temporal», explica Agustín Sánchez. Aunque, en realidad, lo que más temen estos agricultores es que los seguros agrarios no se hagan cargo de los desperfectos, puesto que vencieron el 31 de diciembre: «Están preocupados, puesto que los seguros agrarios terminaron su cobertura, y no está claro que queden cubiertos en este momento», añade Sánchez.