Caja Rural de Teruel también está apoyando a los más necesitados durante esta crisis y lo hace a través de Cáritas Diocesana y el Banco de Alimentos de Teruel. La cooperativa bancaria renovó por séptimo año su convenio de colaboración con Cáritas, que incluye una aportación económica de 20.000 euros, así como la donación de 800 mantas y material destinado a la infancia, y entregó 10.000 euros al Banco de Alimentos destinados a la compra de productos de primera necesidad. Ambas aportaciones se realiza en el marco del Fondo de Educación y Promoción (FEP) del que dispone Caja Rural de Teruel como sociedad cooperativa de crédito.

Cáritas tiene como misión prestar servicios socio-asistenciales a personas empobrecidas, promoviendo la justicia y caridad a través de diferentes programas. En los últimos años de crisis, las familias han solicitado ayuda para cubrir necesidades tan básicas como alimentación, ropa y apoyo en el pago de la vivienda y suministros. Así mismo, desde Cáritas se busca mejorar la empleabilidad de los colectivos más desfavorecidos a través de su oferta formativa, facilitando el acceso al mercado laboral. Por todo ello, y siempre guiados por los principios de la responsabilidad social corporativa, desde el consejo rector de Caja Rural de Teruel se acordó conceder 20.000 euros y 800 mantas y material infantil, destinados a la asistencia de familias y a ayudas de primera necesidad a personas en situación de grave dificultad, así como a los colectivos más vulnerables afectados por el covid-19.

Para cubrir las necesidades alimentarias de estos colectivos también se destinarán 10.000 euros al Banco de Alimentos, gestionado por la Fundación Térvalis y que cuenta con alrededor de 500 voluntarios distribuidos por toda la provincia.

Por otra parte, Caja Rural de Teruel adelantó el pago de pensiones al 21 de abril. Esta medida se sumó a todas las iniciativas de las entidades del Grupo Caja Rural para aligerar la presión financiera durante la crisis sanitaria del covid-19.