Hoy es el San Jorge más atípico desde que esta jornada quedó fijada como el día de la comunidad autónoma. Pero sigue siendo la fecha en que las instituciones aragonesas otorgan sus medallas a quienes contribuyen a mejorar la sociedad. En este día, Plena inclusión Aragón también quiere entregar sus particulares medallas virtuales a las personas con discapacidad que sufren y sus familias, así como a las plantillas y el voluntariado de las mismas, por el ímprobo esfuerzo que están realizando desde que estalló la crisis del covid-19.

Este reconocimiento no solo se hace extensible a las entidades de Plena inclusión Aragón. Va también para aquellas, públicas y privadas, que, dentro de este sector, lo están pasando peor. Especialmente para las residencias y viviendas tuteladas, «por el esfuerzo sencillamente increíble, donde profesionales y personas con discapacidad se enfrentan a la enfermedad con tremenda valentía, capacidad de resistencia y con escasos recursos», señala Santiago Villanueva, presidente de la asociación. Así, «han logrado minimizar los estragos que el covid-19 podría haber causado en nuestro colectivo».

Una gran familia

Igualmente, hoy es un día para acordarse de todas las familias que forman parte de Plena inclusión Aragón. Ellas son la verdadera fuerza de este movimiento asociativo, el motor que lo empuja a seguir mejorando su atención a las personas con discapacidad intelectual. Sin ellas, su trabajo no tendría sentido pues, al fin y al cabo, más que una asociación, es una gran familia.

Estos reconocimientos van también para todas las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo por las que trabajan, y por las que trabajarán en el futuro. Todo lo que hace Plena inclusión tiene un fin: luchar por sus derechos y para mejorar su calidad de vida.

En ningún momento, ni tan siquiera cuando el país entero se ha paralizado para hacer frente a la pandemia, han dejado de esforzarse para lograrlo. Más bien al contrario, desde antes incluso de que el Gobierno declarase el estado de alarma, su trabajo ya se había adaptado a las nuevas circunstancias. Todas las actividades presenciales se habían suspendido días antes, y se trabajaba de forma telemática.

Dispuestos a más

Otros aspectos se han visto reforzados, como el programa de apoyo a familias a través del servicio de canguros, que ahora no solo cuidan de las personas con discapacidad. También están dispuestos para otro tipo de tareas, como hacer la compra a las familias integradas por personas de riesgo que no deban salir de casa. Igualmente, están operativos los servicios de información y orientación y la asesoría jurídica.

Además, todos los cursos en marcha han continuado prestándose de forma online, y se han iniciado otros nuevos, abriéndose a la participación de personas con discapacidad de otras comunidades, pues la colaboración entre las distintas federaciones autonómicas de Plena inclusión, y de todas ellas con la confederación nacional, se ha visto reforzada para hacer frente a esta crisis todos unidos.

En todo este tiempo, las federaciones no han dejado de compartir información y estrategias para ofrecer una respuesta coordinada y unitaria. No solo en el campo de la formación, también en el de la comunicación, pues en estos momentos se hace imprescindible que usuarios, familias y entidades cuenten con una información veraz, actualizada y accesible para afrontar esta difícil situación.

Contacto personal

Una situación que, conforme se van sucediendo los días de cuarentena, se hace más dura de llevar en casa. Por eso, tampoco se han descuidado los contactos personales. Cada día, técnicos de Plena inclusión Aragón y sus entidades hablan por teléfono, mensaje o videoconferencia con las personas con discapacidad y sus familias, para asegurarse de que todo marcha bien y hacerles saber que no están solas en estos momentos.

Ni se han dejado de lado aspectos que pueden parecer más mundanos, como el ocio. Pequeños ratos de distensión, tan necesarios en pleno encierro, pueden ser la tabla de salvación para la convivencia en algunos hogares. Se programan cada semana una serie de actividades online que pretenden contribuir a este propósito. Desde manualidades hasta clases de cocina o lengua de signos, pasando por actividades físicas dirigidas o vermús digitales, están permitiendo que la gran familia de Plena inclusión Aragón no pierda el contacto, pese a permanecer cada cual en su casa. También se han podido prestar libros en lectura fácil, cedidos por la Biblioteca Pública de Zaragoza.

Plena inclusión Aragón trabaja para las personas con discapacidad intelectual. Pero, en este 23 de abril, singular y atípico día de reconocimientos, no hay que olvidar que muchas de ellas también trabajan para toda la sociedad. Y durante esta crisis no han dejado de hacerlo desde los sectores esenciales: celadores, voluntarios de Cruz Roja, cajeras de supermercado, barrenderos… Gracias a todos y todas. Si los aragoneses se mantienen unidos, conseguirán salir de esta sin dejar a nadie atrás, tampoco a las personas con discapacidad intelectual.