La consigna de quedarse en casa para frenar el avance del coronavirus nos ha llevado a una cuarentena en la que, pese a que muchos siguen trabajando fuera o teletrabajando en el hogar, nos obliga a permanecer en casa muchas horas, en compañía o en soledad, privándonos de la vida social y cultural que desarrollamos de forma habitual. Por ello, muchos artistas no han dudado en compartir casi a diario pequeñas píldoras de su arte, bien a través de canciones subidas a las redes sociales, como es el caso de Amaral, de mónólogos, de espectáculos de magia, etc..., para ofrecer un poco de entretenimiento y momentos de distensión a los ciudadanos. Mientras, algunas editoriales han abierto sus fondos online durante este periodo, los museos ofrecen visitas virtuales e incluso se han organizado festivales musicales de varias horas para disfrutar desde el sofá de casa.

Además, en muchas familias el confinamiento se vive con niños en casa. Y es una situación difícil de explicar y de entender a según qué edades. Resulta complicado canalizar la rebosante energía de los más pequeños en jornadas que transcurren entre cuatro paredes y proporcionarles también momentos de ocio y esparcimiento sin poder escapar de ellas.

Por eso es de agradecer las iniciativas solidarias que han tenido varias compañías culturales aragonesas de hacer llegar sus espectáculos a los hogares a través de las redes sociales. De hecho, casi han creado una programación completa y variada a lo largo de toda la jornada que se desarrolla de lunes a viernes a través de Facebook, Instagram o Youtube.

Se sube el telón

Los primeros en subir el telón desde casa son Los Titiriteros de Binéfar que, a las 10.00 horas, conectan desde su perfil en Facebook con miles de hogares para ofrecer alguno de sus pequeños espectáculos. Títeres y canciones en pequeñas cápsulas de unos 10 minutos, en las que ya han contado las historias de El niño Robot, El gallo Quirico, pero también han planteado adivinanzas y bailes, intentando interactuar con el público en sus casas.

Esta programación familiar sigue a las 11.00 horas de la mano de Almozandia. También desde sus casas, los integrantes de esta compañía proponen canciones, juegos con palabras, ejercicios físicos para hacer en familia e incluso se atreven con fáciles recetas como, por ejemplo, tortitas, con las que los niños pueden ayudar y aprovechar estos días para aprender a cocinar. «La intención no es otra que estimular sus cuerpos y sus mentes y hacer volar su imaginación», indican.

La Asociación Ilógica toma el relevo y sale al escenario virtual a las 12.00 horas con su Aeropuerto de los cuentos, «un lugar muy especial donde aprender a hacer talleres, cuentos y canciones súper chulas con Amelia, que es la encargada de enseñarlo todo en este aeropuerto mágico donde se guardan todos los cuentos del mundo, los más conocidos, los nuevos cuentos y hasta los fragmentos de historias que un día darán un nuevo cuento», explican desde Ilógica.

La sesión matinal acaba con Tachán Teatro a las 12.30 horas que invita a seguir sus sesiones de la Escuela de Rock en casa o a disfrutar de cuentos cortitos como Historia de una lata y también de otros más largos como El día que decidimos contar con el tiempo, un espectáculo que ofreció en pequeños fragmentos a lo largo de cinco días.

Y por la tarde son Lu de Lürdes (17.00 horas) y Títeres sin cabeza (17.30 horas) los que con sus cuentos y aventuras hacen más llevadero el confinamiento de los más pequeños. Una iniciativa cultural y solidaria en la que también participan otros artistas como Esbarizaculos, Chupicarmen y Circo La Raspa y que es una de las múltiples aportaciones altruistas que han surgido en medio de esta crisis desde todos los sectores.