Sanidad tiene limitaciones y estas están ligadas a los presupuestos de la comunidad. Las cuentas del 2019 no están aprobadas y, por tanto, esa falta de disponibilidad impide al Salud negociar o poder responder a las peticiones de los sindicatos. Sanidad está condicionado, por tanto, por la luz verde a unos presupuestos que ni siquiera se han empezado a negociar.

Cemsatse argumenta que las pérdidas en sus retribuciones oscilan entre el 10% y 30%. Sobre la temporalidad, el objetivo de Sanidad es reducir la tasa de temporalidad al 8% en el sector sanitario, un dato del que se está cerca. Por otro lado, en Aragón casi el 30% de la plantilla de médicos supera los 60 años, aunque la edad de jubilación se puede alargar hasta los 67 en la comunidad.

El personal sanitario considera que, tras unos años de recortes, la Administración debe reintegrales los derechos perdidos y establecer las mismas retribuciones de antes del 2010. Además, piden más plazas, el reconocimiento de la carrera profesional, la modificación de los niveles de categoría o una oferta pública de empleo acorde a la necesidad de plantillas.

Los sindicatos de médicos de Atención Primaria (CESM Aragón y Fasamet) y de enfermería (Satse) son quienes han fijado este calendario de movilizaciones. Además, son estos colectivos los que durante los últimos meses han estado realizando protestas y concentraciones ante el Gobierno de Aragón o el Departamento de Sanidad. La movilización nacional está promovida por Cesm.

La protesta de médicos de Atención Primaria y personal de enfermería apenas serán paros de 10 minutos, los días 7 y 21 de febrero y 7 y 21 de marzo, a las 12.00 y a las 18.00 horas. El personal voluntariamente dejará de ejercer su labor y saldrá a las puertas de los centros de salud como protesta. Si la situación no revierte, la huelga está prevista para principios de abril.