Este derecho implica que el interesado que haya proporcionado sus datos a un responsable que los trate de manera automatizada, puede solicitarle que los recupere en un formato que permita su traslado a otro responsable y, si es técnicamente imposible, el primero deberá transferir directamente los datos al segundo.

Según la Agencia Española de Protección de Datos, el derecho al olvido supone que se pueda solicitar, y obtener de los responsables, que los datos personales se supriman cuando, entre otros casos, ya no sean necesarios para la finalidad con la que fueron recogidos, cuando se haya retirado el consentimiento o cuando se recogieran de forma ilícita.

Acerca de la necesidad de los correos de reconfirmación que actualmente se están recibiendo con insistencia por parte de empresas y organismos, aclara que sí es necesaria la autorización en los casos en los que el destinatario no es un cliente o cuando no se ha autorizado específicamente el envío de información comercial con anterioridad.

Prenafeta recomienda «prudencia» al enviar correos de reconfirmación. «Se está pidiendo autorización para el tratamiento de datos a clientes que, precisamente, por ser clientes no tienen que prestarla para que se les puedan enviar correos comerciales sobre productos o servicios iguales o similares a los contratados».