Un total de 123 viviendas de diferentes edificios del casco histórico de Calatayud se ha visto beneficiadas por el plan lanzado recientemente por el consistorio para remozar los medianiles que quedaban a la vista por la demolición de los inmuebles colindantes.

Con esta medida, costeada con fondos municipales, se pretende lavar la cara de la parte antigua de Calatayud, que, como todos los cascos viejos, ha ido sufriendo una paulatina degradación.

Se ha actuado en particular en el entorno de la plaza de España, donde es mayor la existencia de solares que afeaban el aspecto general de la ciudad, tras el parón experimentado por la construcción de nuevos edificios como consecuencia de la crisis económica.

El plan recibió las críticas del grupo municipal socialista, que alegaba que el ayuntamiento no debía financiar el arreglo de inmuebles de propiedad privada.

Sin embargo, el equipo de gobierno, en manos del PP, sostiene que el coste de estas medidas no ha supuesto un gran desembolso para las arcas municipales y que, a cambio, se ha dado un aspecto más atractivo a la zona más visitada por los turistas. Todo ello en una ciudad que aspira a convertirse en un foco de atracción aprovechando su cercanía al Monasterio de Piedra y a los balnearios de Jaraba y Alhama de Aragón.

Este plan de fachadas, que se ha ceñido a la parte histórica de la localidad, se ha visto acompañado además por otra iniciativa para mejorar las calles comerciales del centro. Aquí se han instalado maceteros en puntos estratégicos y se han tapado con ornamentos los escaparates de las tiendas que ya no están abiertas al público al objeto de darles otro aspecto.