Malnutrición, que no desnutrición. O lo que es lo mismo, se come, pero mal. Los menores de 14 años del barrio zaragozano de San Pablo no tienen una alimentación ni adecuada ni correcta para su edad. Como consecuencia se está incrementando el número de niños que tienen problemas de obesidad o sobrepeso. En este barrio del Casco Histórico el 13% de los chavales está obeso, principalmente aquellos entre los 11 y los 14 años.

Es la principal conclusión del Estudio sobre Alimentación infantil en el Casco Histórico de Zaragoza de la Obra Social La Caixa. De las 4.353 historias clínicas analizadas --el Índice de Masa Corporal-- del centro de salud San Pablo de menores de 2 a 14 años se ha concluido que a partir de los 4 años la obesidad empieza a ser un problema "de gran magnitud". Principalmente en aquellas familias con unos ingresos anuales inferiores a 18.000 euros. De total de niños, 3.013 están por debajo de este umbral.

El coordinador del programa Zaragoza Redistribuye, Jesús Alquézar, incidió en la idea de que cuanto más pobreza hay y más desigualdad se produce, mayor es el problema. "No es que se coma mal, sino que hay razones para hacerlo", apuntó.

La falta de ingresos, hilada a los malos hábitos de alimentación en las familias se han convertido no son buena combinación. El informe explica que "el miedo a que el niño no coma hace que las familias le den de comer lo que sea".

Ambas situaciones ocasionan que la base alimenticia carezca de productos frescos, verduras y frutas y que, en cambio, sí que haya un exceso de manufacturados ricos en grasas. Muchas de estas familias en riesgo de exclusión reciben lotes de alimentos.

Estos paquetes están compuestos de recursos no perecederos por lo que no se fomentan los alimentos frescos. Y si los padres no dan ejemplo, los niños no aprenderán a comer bien. De ahí la importancia de la educación en las aulas. No obstante, Alquézar apuntó que, aunque hay programas de comedores, además de los del curso, "hay que garantizar que los niños se puedan alimentar bien en casa".