La niebla no desanimó ayer a las más de 200 personas, en su mayoría jóvenes, que a las nueve de la mañana se lanzaron por las calles desiertas del polígono de Cogullada en busca de Victor da Silva, el joven brasileño de 19 años que desapareció la pasada Nochevieja en Zaragoza tras participar en un cotillón en el Espacio Ebro. Sin embargo, la búsqueda, que duró hasta las dos de la tarde, resultó infructuosa, al igual que la que los bomberos de la Diputación de Zaragoza desarrollaron en las aguas del Ebro.

"Tenemos esperanzas de encontrarlo sano y salvo", afirmó Thais, prima de Victor, con lágrimas en los ojos, como muchos de los espontáneos que peinaron los solares, descampados y naves abandonadas de la zona industrial. Casi todos ellos era estudiantes, vecinos y amigos que Da Silva, un joven muy extrovertido y popular, ha hecho estos años en el instituto y en la universidad. Pero también había adultos y entre ellos se encontraba Renilda, la madre del desaparecido.

"Hemos creado 11 grupos de búsqueda y a cada uno se le ha encomendado que explore un área concreta de Cogullada", explicó Eva Echezarreta, una de las organizadoras, que conoció a Da Silva en un curso para monitor de tiempo libre.

Los miembros de los equipos llevaban planos del polígono (fotocopias de una vista aérea) y fotos del estudiante brasileño. Ayudados por algunos perros, fueron inspeccionando todos los lugares por los que pasaban, con especial hincapié en las parcelas cubiertas de maleza y en las instalaciones abandonadas. Los grupos eran numerosos, de unas 20 personas, y no dejaban ningún rincón sospechoso sin registrar.

"Han hallado una pulsera y un móvil", señaló Echezarreta, antes de saber que ese teléfono no era el que llevaba habitualmente Da Silva. También encontraron rastros de sangre junto a las vías del tren.

EL RASTRO SE PIERDE Su pista se perdió en la madrugada del 1 de enero. Al parecer se dirigía andando a Vadorrey, su barrio. Por el camino pudo efectuar una llamada a la estación de autobuses y además una patrulla de la Policía Local se dirigió a él al ver que iba borracho y entorpecía la circulación cerca de Grancasa.

La Policía Nacional ya inspeccionó Cogullada días atrás, sirviéndose para ello de perros especialmente adiestrados. Pero se trata de un área muy extensa, enmarcada por la avenida San Juan de la Peña, la Ronda Norte y la avenida de Cataluña.

Los amigos de Victor no se dan por vencidos. De momento, ya han anunciado que retomarán la búsqueda la próxima semana. "Ahora irán a calles determinadas, será una búsqueda más selectiva, lugares que no han podido ver bien hoy o que han quedado pendientes", afirmó Thais.

Mientras tanto, en el otro frente, el del río Ebro, las cosas tampoco están tranquilas. Ayer, bomberos de Caspe y de Calatayud bajaron en dos lanchas Zodiac hasta Osera de Ebro y también recorrieron las inmediaciones de El Burgo.

"Mañana se incorporarán seguramente efectivos de Ejea de los Caballeros", manifestó un responsable del servicio, que peina ambas orillas del río, en particular en la zona del azud de Pina de Ebro, donde este obstáculo que cruza el cauce retiene en ocasiones los cuerpos que arrastra la corriente.