El fuego ya ha asomado este año en Aragón en 212 ocasiones, lo que supone un repunte del 66% respecto al mismo periodo del 2013, un año por otra parte benigno respecto a los anteriores. Del total de siniestros ocurridos hasta el pasado mes de mayo, 113 ocurrieron en Zaragoza (la mayoría debidos a la quema de residuos en espacios abiertos) , 61 en Teruel y 38 en Huesca. Todos ellos afectaron de distinta manera a 240 hectáreas, un 28% más respecto al ejercicio anterior.

Según los datos aportados por el director general de Gestión Forestal, Roque Vicente, la media de incendios de los últimos años ha sido de 203 y la cifra de hectáreas calcinadas ascendió a 600. En cuanto a las causas, el 60% de los incendios en Aragón fueron por negligencias o causas accidentales, el 16% fueron intencionados, el 15% de origen desconocido y el 8% se debieron a los rayos.

En cuanto a la estrategia del contingente, Vicente resaltó que "la tipología del territorio aragonés obliga a un tipo de despliegue de gran contundencia para atender la zona afectada en el menor tiempo posible pese a que muchas veces pueda parecer que existe un exceso de medios".

Otro aspecto importante en la lucha contra el fuego es la prevención. Así, las distintas cuadrillas tienen previsto realizar trabajos silvícolas para reducir el combustible en zonas estratégicas en cerca de 2.500 hectáreas, de las que 850 corresponden a la apertura de nuevas áreas de cortafuegos, 967 a mantenimiento y 650 a tratamientos selvícolas. Además, se han realizado varias campañas de sensibilización con colaboración con Mapfre con unos 2.500 escolares.

Lobón incidió en la tarea de concienciar a la población aragonesa, porque lo preferible es "no tener que llegar a extinguir. En esa línea, el Ejecutivo aragonés reitera un año más su llamamiento a los ciudadanos para que eviten hacer fuegos en el monte, tiren la basura donde corresponde, no arrojen colillas o elementos incandescentes y avisen inmediatamente al 112 o a la autoridad más cercana cuando vean un incendio; y a los agricultores y ganaderos, a que extremen la seguridad cuando se decidan a la quemas de rastrojos, que lo hagan cuando no sople el viento e, incluso, usen alternativas al fuego para deshacerse de los matorrales.