Cuando un diácono o sacerdote se seculariza, es decir, decide pertenecer al estado civil suele cobrar un salario por parte de la diócesis a la que pertenecía hasta ese momento. La cifra suele estar en torno a 22.400 euros, cantidad que se fracciona durante dos años, si bien si la persona encuentra trabajo antes de este tiempo esta ayuda se le retira. En el caso de Daniel Peruga el desembolso aumentó hasta los 100.000 euros.