Hace 22 años que el grupo terrorista GRAPO secuestró al empresario aragonés Publio Cordón y aunque su cuerpo aún no ha sido hallado, la Guardia Civil no escatimará medios para proseguir su búsqueda después de que las últimas pruebas de la investigación hayan esclarecido totalmente el caso.

La Guardia Civil tiene atados todos los cabos y ahora está a la espera de la celebración del juicio en la Audiencia Nacional, previsiblemente después del verano, al ponferradino José Antonio Ramón Teijelo y a María Victoria Gómez Méndez, dos "grapo" procesados por el secuestro del empresario y en prisión provisional.

Un juicio al que se acudirá con más garantías al poder presentarse dos nuevas pruebas indubitadas que, según han indicado a Efe fuentes del instituto armado, han sido claves para la culminación de la investigación de un caso que la Guardia Civil desearía se cerrara definitivamente con el hallazgo del cuerpo.

Se trata de la constatación por parte de los laboratorios de Criminalística del instituto armado de que Cordón estuvo encerrado en un chalé de Lyon (Francia), ya que las letras y números hallados en la jamba de la puerta de un armario de la casa se corresponden sin lugar a dudas con la caligrafía de la víctima.

Gracias a una comisión rogatoria a Francia, los laboratorios han contado con el trozo original de la jamba, lo que ha permitido un mejor análisis que el realizado anteriormente de su fotografía.

Como también han podido disponer del original de una de las cartas que el secuestrado envió a su familia y de la que se ha podido extraer el ADN de María Victoria Gómez, encargada de enviar las misivas que la víctima escribía a sus allegados desde su reclusión en Lyon.

Precisamente, de las numerosas cartas remitidas sólo ésta tenía el cierre triangular sin manipular, ya que se abrió por arriba. De este modo, y a pesar de los años transcurridos, se ha logrado comprobar que el ADN de la saliva con la que se pegó se corresponde con el de esa "grapo".

Los investigadores del Servicio de Información de la Guardia Civil reconocen que los avances tecnológicos para analizar perfiles genéticos han sido muy notables en todo este tiempo y, gracias a ellos, se ha podido confirmar sin lugar a dudas de que, como declaró la propietaria del chalé de Lyon donde Cordón estuvo cautivo, Gómez y Teijelo fueron las personas que alquilaron la vivienda.

Más pruebas, por tanto, que corroboran la versión del exgrapo Fernando Silva Sande, condenado por estos hechos, de que los terroristas trasladaron a su víctima a ese chalé de la ciudad francesa.

Silva Sande, quien voluntariamente se sometió a la prueba de la máquina de la verdad P-300, fue quien ofreció la ubicación donde podían enterrados los restos de Cordón, en una zona concreta del Mont Ventoux francés, rastreado por la Guardia Civil y policías galos sin éxito de momento.

La última búsqueda tuvo lugar en mayo del año pasado. Durante 20 días los agentes desbrozaron una zona de 600 metros del camino marcado por Silva Sande y utilizaron tecnología punta para ello. Nuevos equipos muy sofisticados que los ejércitos utilizan para la detección de minas y elementos metálicos, como por ejemplo en Afganistán.

No se han escatimado medios y en el último rastreo se probó el sistema más fiable en ese momento, procedente del Centro Internacional de Desminado (CID) del Ejército.

Pero el paso de los años modifica los campos magnéticos y en esa búsqueda ni siquiera se detectó el pico que, al parecer, quedó enterrado al lado del cuerpo al haberse desgajado del mango.

Y en espera de los resultados de esa búsqueda, la Audiencia Nacional prefirió esperar un tiempo más para la fijación del juicio a Gómez y Teijelo, pero pidió a Francia la remisión de todos los elementos, pruebas y objetos intervenidos para preparar la vista, entre ellos el trozo de la jamba y el sobre.

Podría ser clave en el hallazgo del cuerpo la colaboración de Teijelo, que, de momento, se niega a ello. Fue él, según dijo Silva Sande al juez, quien sobre un plano señaló el Mont Ventoux como lugar para trasladar el cuerpo del empresario y enterrarlo.

Consciente del permanente avance tecnológico, el Servicio de Información de la Guardia Civil, que da por concluida la investigación sobre la autoría y los detalles del cautiverio y la muerte, no cejará hasta "cerrar bien" el caso y encontrar el cadáver.

Localizar la casa de Lyon fue un punto de inflexión en las pesquisas del secuestro y fue gracias a los medios existentes en ese momento, como Google Maps, que los investigadores lograron ir acotando la zona hasta dar con el chalé.

Fueron seis meses con los ojos delante del ordenador, pero mereció la pena. Por ello, la Guardia Civil seguirá investigando en nuevos métodos de detección para cumplir su objetivo, pero, sobre todo, para aliviar el sufrimiento de la familia de Publio Cordón.