El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) ha calculado en unos 23 millones de euros la cantidad que deberá destinar para la expropiación de las urbanizaciones Mirador de Yesa y Lasaitasuna, ubicadas en la ladera derecha del pantano de Yesa, en Navarra.

Esta cantidad es la primera estimación recogida en la adenda al proyecto de recrecimiento de la presa, cuya salida a información pública ha sido autorizada por el Magrama, según señaló ayer el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Xavier de Pedro, a los miembros de la Comisión de Fomento del Parlamento de Navarra que visitaron las obras ayer, tiempo después de que una delegación de los opositores al proyecto comparecieran en el Parlamento de la comunidad foral para denunciar los "graves riesgos" para la seguridad que entrañan, en su opinión, las grietas que se producen en las laderas del embalse.

Las obras de recrecimiento, que en la actualidad se centran en el levantamiento del cuerpo de presa, "evolucionan con normalidad", según señaló en un comunicado la CHE, que expuso a los parlamentarios datos que a su entender avalan las garantías de seguridad de la ladera derecha del embalse.

De Pedro insistió en desligar el movimiento que obligó a desalojar dichas urbanizaciones con el último derrumbe de un talud, que, dijo, "se trata de una afección local y superficial en el terreno de un volumen aproximado de 30.000 metros cúbicos y que no afecta a la seguridad de la obra, de la presa o a la estabilidad de la ladera derecha".

Según la CHE, las grietas aparecidas "no condicionan en ninguna forma la estabilidad de la ladera" aunque se procederá a su eliminación "para que no puedan ser una vía de filtración de agua".

El derrumbe del talud, fruto de un deslizamiento rotacional del pie de la ladera, movilizó unos 30.000 metros cúbicos y tuvo unas dimensiones de 90 metros de ancho por 60 de longitud y una profundidad de entre 10 y 20 metros.