El Centro de Estudios Turiasonenses está disfrutando de un año de reconocimiento. El pasado martes, el director de la entidad, Javier Bona, recogió el galardón Ciudad de Tarazona de manos de la alcaldesa de la localidad, Ana Cristina Vera. Un premio "al trabajo realizado por recuperar la historia y el patrimonio de la ciudad y la comarca".

La distinción se suma a la celebración el pasado mes de diciembre del 25 aniversario de la entidad, un acto en el que se homenajeó a todas aquellas personas que han colaborado activamente con esta entidad a lo largo de su existencia. En aquella ocasión, Javier Bona se mostró orgulloso de que "lo que comenzó siendo un proyecto de jóvenes interesados por la arqueología a los que se conocían como locos de las piedras se ha consolidado como un proyecto de recuperación y reivindicación de patrimonio histórico y cultural".

El pasado martes, Bona volvió a mostrar esa satisfacción y valoró el trabajo desinteresado realizado por todos los colaboradores del centro. Como apuntó, el Centro de Estudios Turiasonense, entidad pionera en Aragón, nació entre los integrantes de la Asociación Cultural Hermanos Bécquer y gracias al apoyo de José Luis Corral. "Entonces, algunos jóvenes pensamos que ante el rock, la coca-cola y la comida americana, teníamos que apostar por no tirar las piedras que aparecían en las obras y recuperar nuestra historia".

De ese trabajo continuado destaca descubrimientos como la cabeza de Augusto que se encuentra en el Museo Provincial, un sarcófago romano o mosaicos de la misma época, que e pueden ver en la Muestra de Arqueología de la ciudad. Además, se han realizado estudios de edificios emblemáticos como la Catedral de Tarazona o el Monasterio de Veruela; y se han impulsado diversas publicaciones como la revista Turiaso , que afronta una nueva etapa con un mayor nivel científico de las investigaciones publicadas y al incluir trabajos de fuera de la ciudad para aumentar la proyección de esta publicación. Ahora mismo, llega ya a cuatro continentes.

Este año, los 25 componentes del centro y sus colaboradores afrontan grandes proyectos entre los que destaca la creación de una nueva sede, que se ubicará en el Palacio Eguarás. En este mismo edificio se instalará la biblioteca del centro y un Museo de Arquología de la comarca. Por otro lado, el centro va a desarrollar diversos trabajos de investigación en espacios como la ermita de San Juan de Añón, en Alcalá de Moncayo, donde se intentará descubrir varios pasadizos, o la iniciativa de recuperar los restos de la ciudad celtíbera de Oruña, que se sitúa entre el Monasterio de Veruela y Trasmoz.

Por otro lado, Javier Bona plantea la creación del Parque Cultural del Moncayo, un espacio que contempla la evolución del hombre en un determinado espacio geográfico de una manera sincrónica y diacrónica, conjugando sus aspectos históricos y etnológicos en un marco natural y ecológico que ha evolucionado. En ese sentido, destaca que "el patrimonio cultural es un valor que adquiere su dimensión más auténtica en el ámbito local que lo ha generado".