Aunque son pequeños, no es difícil encontrar gente en sus calles. Pero en el futuro podría resultar imposible. En Aragón, el 25,58% de sus pueblos tiene menos de cien habitantes empadronados. Una cifra de riesgo si se tiene en cuenta que la mayoría de sus vecinos supera los 65 años, lo que los convierte en espacios demográficamente terminales.

La Federación Española de Municipios y Provincias ha alertado esta semana sobre el funesto pronóstico que les espera a todos estos lugares. El presidente de la Comisión de Despoblación, Juan Antonio Sánchez Quero, que también dirige la Diputación de Zaragoza, reclama «la aplicación de urgentes políticas de Estado» ante el severo retroceso demográfico que se está produciendo en toda España y la amenaza que supone para las áreas rurales, muy numerosas en Aragón, algo que considera «un problema sociopolítico de primer orden» .

DESCENSO

En los últimos años, la población en la comunidad no ha dejado de descender. En el 2016 se perdieron más de 9.000 habitantes, todos ellos residentes en zonas rurales. Esta semana, el Gobierno central, tras la Conferencia de Presidentes ha dado muestras de que se abordará el asunto como un problema de Estado. El diputado zaragozano de Ciudadanos, Rodrigo Gómez, reclamó ante el Congreso que «es tiempo de actuar, no de marear la perdiz» porque «los pueblos se mueren «y no se puede esperar más». Una postura compartida por todos los grupos aragoneses.

La lista de municipios con menos de 100 habitantes ha crecido un 30% en la última década. Y más del 70% de los pueblos no logra superar el millar de vecinos. Y esto según las cifras del padrón, pues muchos vecinos mantienen únicamente la vinculación administrativa aunque vivan en otras ciudades. En el altoaragón se contabilizan 26 núcleos con un tamaño tan pequeño que corre serio riesgo su supervivencia. En Teruel suman desde hace tiempo 90 y en la provincia de Zaragoza hay 71 pueblos en peligro.