Cáritas Diocesana de Zaragoza proporcionó en el 2016 ayudas de primera necesidad a 4.436 personas de un total de 11.759 asistidas. Un balance que presentaron ayer el director de la entidad, Jaime Sanaú, y la secretaria general, Cristina García, con motivo del Corpus Christi. Ambos aseguraron que las becas económicas ascendieron a 1.290.455 euros, canalizadas en 10.220 familias que percibieron esta prestación. Unas cifras significativas a pesar de que hubo una «pequeña mejoría» de la economía española y en la creación de empleo por lo que el número de residentes auxiliados «descendió un 19% en comparación con el 2015», según Sanau.

A pesar de ello, Sanaú aseguró que «más de 200.000 personas se encuentran en riesgo de pobreza» que podrían solicitar esta asistencia en materia de alimentación, ropa y documentación. La razón radica en que «sigue habiendo precariedad en las condiciones laborales aunque la administración pública afirme lo contrario», afirmó el director de Cáritas.

Por su parte, García recalcó que la organización no solo facilita ayudas económicas sino que busca «integrar a los ciudadanos para que defiendan sus derechos fundamentales y por esta razón, en Cáritas les asignamos un guía que les oriente a la hora de buscar soluciones a los problemas que les atañen». Esta es una de las labores que desarrollan los 1.104 voluntarios y los 110 empleados que trabajan «día tras día» en que las personas que recurren a la organización obtengan la atención que necesitan y reclaman. Todos ellos «están formados en las tareas que desarrollan», afirmó.

En materia de empleo, 1.440 ciudadanos fueron instruidos en su inserción laboral y en la búsqueda de recursos y servicios existentes que proporciona la administración en este ámbito. Pero fueron 552 las ayudas que se distribuyeron entre las familias que se encontraban en situación de desempleo o que su sueldo y sus condiciones laborales eran deplorables.

Respecto a la obtención de una vivienda digna, la entidad repartió 2.407 asignaciones por lo que 36 euros de cada 100 se empleaban directamente en pagar alquileres, facturas de luz, de gas o muebles. En este ámbito, 1.083 residentes de la capital aragonesa recibieron ese acompañamiento especializado para, por ejemplo, asegurarse de si la tarifa de luz que tenían contratada era la adecuada para el núcleo familiar.

En la misma línea sigue la atención que prestaron en el equilibrio de los derechos sanitarios. La entidad distribuyó un total de 2.086 ayudas para obtener medicamentos, material ortopédico y óptico, entre otros. Además, 21 personas recibieron un seguimiento individual, un número muy inferior en comparación con las prestaciones asignadas.

Los datos descienden considerablemente cuando se habla de educación ya que las becas distribuidas fueron 437. García añadió que siete centros hermanados a la entidad «colaboran con otros siete en Bolivia y se adjudican una serie de becas universitarias en Palestina», confesó García.